El gobierno de Honduras informó que en el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad se aprobó, mediante un decreto, estado de excepción por un plazo de siete días con el objetivo de combatir la propagación de COVID-19.
La medida se toma debido a la presencia de otros tres casos sospechosos. Hasta ayer por la noche el presidente Juan Orlando Hernández había reportado seis.
Francis Contreras, vocero autorizado por el sistema nacional de gestión de riesgo explicó que, “Las personas únicamente podrán circular por las vías de uso público para la adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad; asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios y desplazamiento al lugar de trabajo autorizadas mediante decreto”.
El director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa, Rafael Medina, explicó a la Voz de América, las implicaciones económicas que generaría para Honduras esta medida.
“Es un impacto, en el cual el comercio se paraliza absolutamente, en este momento la gente puede desplazarse, en el toque de queda no puede ir a ningún lado y eso hace que la actividad comercial llegue a cero”, indicó.
De acuerdo a las autoridades esta medida se adoptó debido a que varias personas no acataron el llamado de las autoridades para permanecer en sus casas y prevenir el contagio.