Henry Kissinger, ex secretario de Estado de Estados Unidos que falleció esta semana a los 100 años, será recordado como un símbolo de la política global norteamericana que arrojó sus propias “luces y sombras” para expandir la influencia de Washington, crear equilibrios de poder y derrotar al comunismo en regiones como América Latina, según analistas.
Como encargado de los asuntos internacionales de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, graduado en Harvard y ganador del Nobel de la Paz, el nombre de Kissinger permanecerá subrayado en los libros de historia por su rol en diferentes momentos políticos clave para el mundo en el siglo XX, entre ellos la Guerra Fría.
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Kissinger, quien nació en Alemania en 1923, pero se nacionalizó estadounidense en 1943, cinco años años después de que su familia emigrara a Nueva York huyendo de los nazis, es un personaje influyente, “complejo y polémico” que luego, ya en su madurez política, se convirtió en un pensador más moderado, comenta el experto en Relaciones Internacionales Félix Arellano.
En sus roles como consejero y líder de la política exterior de Estados Unidos, Kissinger lideró una estrategia "clásica y dura" del realismo político, una doctrina que privilegió en la segunda mitad del siglo XX el poder , la confrontación y la agenda militar para defender los intereses norteamericanos, explica.
La Guerra Fría era más peligrosa. Ambos lados estaban dispuestos a ir a una guerra nuclear general, pero hoy es más complejo”Henry Kissinger, en 2016, ante la Society Histórica de Nueva York
Según Arellano, el 'Kissinger secretario de Estado' ejerció un “pragmatismo estratégico” por la primacía de los Estados Unidos en los asuntos internacionales, teniendo como su objetivo primordial debilitar a la Unión Soviética.
En su máximo cargo público, afirma el especialista, Kissinger hizo una jugada clave” para torcer el influjo soviético en diversas regiones del mundo: insertar a la China de Mao Zedong como aliado, debilitando a su vez al bloque oriental.
Fue piedra fundacional para la influencia económica de la China de hoy, dice.
“Fue uno de los factores que fue llevando al fin de la Guerra Fría. Era un Kissinger estratega, pero profundamente individualista, concentrado en los intereses estratégicos de EEUU, que lo convirtió en la potencia vencedora de la Guerra Fría”, comenta Arellano a la Voz de América.
En julio pasado, Kissinger realizó un viaje no oficial a China, donde fue recibido como “viejo amigo” 50 años de aquella apertura diplomática que lideró.
Una tesis que marcó
La tesis doctoral de Kissinger sobre lo sucedido en Europa en 1815 tras la derrota del líder militar y político francés Napoleón Bonaparte sirve para dar pistas sobre el matiz de su función pública en Estados Unidos y su liderazgo global, detalla el historiador y ex rector de la Universidad del Zulia, Ángel Lombardi.
Kissinger destacó en su tesis cómo Europa creó una arquitectura de equilibrio exitoso de poderes durante prácticamente un siglo, donde los conflictos se resolvieron con negociaciones, hasta la ocurrencia de la Primera Guerra Mundial.
Lo ilegal lo hacemos inmediatamente, lo inconstitucional toma un poco más de tiempo”Henry Kissinger, en varias ocasiones
Esa investigación, que coronó una trayectoria académica “brillante” exponiendo el acuerdo entre las potencias europeas para lograr un nuevo orden mundial, no solo cinceló su ejercicio público, sino que terminó nutriendo durante décadas el pensamiento estratégico y político de Washington, asegura Lombardi.
“Esa tesis marca el pensamiento diplomático y estratégico de Kissinger, lo lleva a la práctica en términos contemporáneos, ya como secretario de Estado. El propósito era estabilizar el orden mundial de la época sobre un equilibrio de poderes”, precisa el académico en conversación con la VOA.
El mundo estaba dividido entre las áreas de influencia de Estados Unidos y de la Unión Soviética y “nada importante sucedía en el mundo” a nivel geopolítico que no tuviera relación directa o indirecta con estas dos potencias, indica.
Sombra de sangre, golpes y dictaduras
La visión y la acción de Kissinger en cuanto a América Latina terminarán escritas en libros y obras como parte de sus “sombras”, advierte Arellano.
Como consejero de seguridad nacional y luego como secretario de Estado, Kissinger se mostró “más estratega, joven y ambicioso de poder”, dejando en evidencia su “menosprecio al tercer mundo, la agenda ética y los derechos humanos”, examina.
Su rol en Chile para intervenir contra la presidencia del líder izquierdista Salvador Allende y aceptar al régimen del dictador derechista Augusto Pinochet quedó revelado en mayo de este año tras la desclasificación de documentos del Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, con sede en la Universidad de George Washington.
Queremos ayudarlo, no perjudicarlo. Simpatizamos con lo que están tratando de hacer aquí"Henry Kissinger al dictador chileno Augusto Pinochet en un encuentro privado en 1976, según archivos desclasificados
Según esas evidencias, Kissinger cuestionó en una reunión política, meses antes de la victoria electoral de Allende, por qué Estados Unidos tenía que esperar y “permitir que un país se vuelva comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo”.
Transcripciones de llamadas telefónicas le atribuyen la promesa de que Nixon “no dejará que Chile se eche a perder” y su consejo de que, en Chile, debía tomarse “una decisión a sangre fría y ejecutarla” con discreción, “para que no salga el tiro por la culata”.
El 11 de septiembre de 1973, los ataques de aviones y tanques del ejército chileno destruyeron el Palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, como antesala al derrocamiento de Allende, que se suicidó aquel día en un salón del edificio presidencial.
Peter Kornbluh, analista especializado en Chile del Archivo de Seguridad Nacional, aseguró esta semana al diario español El País que la nación suramericana es “el talón de Aquiles” de la carrera diplomática y política del ex secretario de Estado, fallecido en Connecticut.
Fichas y laboratorios
Kissinger veía entonces al tercer mundo como “una ficha del juego estratégico” global, en el cual América Latina fue “un laboratorio”, apunta Arellano.
Fomentó que los gobiernos republicanos de las décadas de 1960 y 1970 estrecharan relaciones con gobiernos tercermundistas “sin importar la ética o el costo social”, dice.
Para negociar hay que entender la percepción del otro lado del mundo. Y tienen que entender nuestra percepción”Henry Kissinger, en una entrevista con CNN en 2008
Sus posturas públicas y privadas, hoy parcialmente desclasificadas, han revelado sus apoyos “nefastos” a dictaduras, golpes de Estado e intervenciones en países latinoamericanos, como Chile, indica.
Documentos desclasificados y biografías también describen que Kissinger mostró simpatía por la dictadura militar argentina que llegó al poder en 1976. A su canciller, le dijo un mes después del golpe de aquel año que les deseaba “éxito”.
Lombardi, por su parte, recuerda que Kissinger fue “feroz y furibundamente anticomunista” en una América que se encontraba entonces “sacudida” por la llamada revolución cubana y su influencia regional como aliado de los soviéticos.
“La política norteamericana fue particularmente agresiva en sostener gobiernos autoritarios y anticomunistas. Está comprobado que participó de manera activa en el golpe de Estado que derrocó a Allende y en el apoyo a diversas dictaduras militares de la época” en América Latina, resume.
Aquella “política intervencionista” que encarnaba Kissinger respondía a una estrategia de equilibrio”, comenta el historiador, destacando su rol en los acuerdos de paz en Vietnam.
Archivos desclasificados de la Unión Soviética y Estados Unidos desvelan el rol de Kissinger en los bombardeos secretos sobre Laos y Camboya para cortar las rutas de suministro del ejército norvietnamita. Esa acción bélica ocurrió 4 años antes de la firma de un acuerdo de paz entre las partes involucradas en ese conflicto, por la que el ex secretario de Estado fue galardonado con el Nobel de la Paz.
El retiro, la madurez
Ya en sus años de retiro de las funciones públicas, Kissinger dejó obras y análisis influyentes y valiosas para las relaciones internacionales, mostrándose más “maduro, calmado y reflexivo” en sus posturas políticas, de acuerdo con Arellano.
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Como asesor e investigador, dejó visos de neorrealismo, una doctrina con mayor atención por la cooperación, la diversidad y la estabilidad de la paz mundial, dice.
En las postrimerías de su siglo de vida, valoró a los organismos internacionales y los países en desarrollo como actores clave en el aporte y el soporte de la estabilidad global, cuenta Arellano.
Kissinger, dice, falleció ya como un pensador “más pausado y moderado”.
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