El hombre que se apresta a convertirse en presidente de Haití el 7 de febrero establece un paralelo entre él y el nuevo jefe ejecutivo de Estados Unidos, sugiriendo su deseo de forjar un vínculo personal entre Puerto Príncipe y Washington.
Al igual que Donald Trump, Jovenel Moïse tiene una hoja de vida abundante en experiencias en los negocios negocios, pero ninguna experiencia previa en cargos públicos.
Exitoso exportador de plátanos, Moïse anteriormente ayudó a crear una compañía de energía regional y dirigió una planta de distribución de agua, entre otras actividades.
"El presidente Trump y yo somos empresarios, y todo lo que un empresario quiere es resultados", dijo Moïse en una entrevista la semana pasada con la agencia de noticias Reuters. "Y por lo tanto espero que pongamos todo en marcha para asegurarnos de que le cumplimos a nuestros pueblos. "
Pero el hombre de negocios haitiano, de 48 años, se enfrenta a sospechas persistentes relacionadas con sus transacciones financieras. A fines del mes pasado, pasó cuatro horas en una sala cerrada de Puerto Príncipe respondiendo a preguntas sobre un supuesto lavado de dinero. Él ha negado la acusación, alegando que ésta tiene motivos políticos.
Los opositores de Moïse están presionando para que se decida si se deben presentar cargos formales contra el presidente electo antes de su investidura
Nuevo retraso presidencial
Esta nación caribeña de 11 millones de personas ha sufrido un prolongado ciclo electoral.
Una primera vuelta de la votación en 2015 fue anulada después de denuncias de fraude. Una segunda ronda, programada para octubre pasado, se retrasó después de que el huracán Matthew golpeara el país, matando al menos a 1.000 personas. Haití todavía estaba luchando para recuperarse de un masivo terremoto de 2010 que dejó al menos 200.000 muertos y la capital en ruinas.
Moïse, escogido por el expresidente Michel Martelly para representar a su partido orientado hacia el cambio en Haití, obtuvo casi el 56 por ciento de la votación de noviembre. El presidente interino, Jocelerme Privert, ha encabezado Haití desde que el mandato de cinco años de Martelly terminó hace un año.
Moïse ha dicho que como presidente gobernaría inclusivamente. "Tenemos que trabajar juntos", dijo a la Voz de América en una entrevista en la capital de Haití en vísperas de su victoria electoral.
Mantener las relaciones de EE.UU.
Moïse dijo a Reuters que espera que las relaciones entre Estados Unidos y Haití "se basen en una cooperación orientada a los intereses de ambos países".
Estados Unidos es el mayor benefactor de Haití, el país más pobre del Hemisferio Occidental. Ha desembolsado más de $3 mil millones en ayuda posterremoto.
El nuevo presidente estadounidense ha dicho que su administración examinará todos los compromisos de ayuda internacional. Como candidato, Trump criticó algunos gastos de ayuda en Haití, alegando que ciertos contratos beneficiaron a la fundación familiar y a los amigos de su rival demócrata, Hillary Clinton, incluso mientras ella se desempeñaba como secretaria de Estado.
Los Clinton, incluyendo a Bill Clinton, quien como presidente ordenó el envío de tropas estadounidenses a Haití en 1994 para que restablecieran al democráticamente elegido Jean Bertrand Aristide en el poder después de un golpe militar, negaron cualquier acto ilícito. Posteriormente, Bill Clinton fue enviado especial de la ONU a Haití.
La Associated Press informó que el Departamento de Estado no encontró evidencia de trato preferencial o contratos.
¿Planes militares?
Moïse dijo a la VOA que quiere resucitar un ejército permanente, que Aristide disolvió al regresar a Haití. Sin embargo, reconoció que no hay presupuesto para un ejército en Haití, donde cascos azules de la ONU complementan a la policía civil para proporcionar seguridad.
El coordinador especial del Departamento de Estado para Haití, Kenneth Merten, dijo a la VOA que Estados Unidos no apoyaría un ejército haitiano, dada su historia de golpes de Estado.
"Hemos gastado mucho dinero para que Haití tenga una fuerza de policía competente y transparente", dice Merten.
Trabajos
Moïse hizo campaña sobre la expansión económica, prometiendo que Haití "aprovecharía al pueblo, el sol, la tierra y el agua". El presidente electo quiere mejorar la agricultura y desarrollar más turismo.
"Haití debe tener cuatro o cinco destinos turísticos, al igual que la República Dominicana", dijo a la VOA.
Pierre Marie Boisson, economista jefe del Grupo Sogebank de Haití, predijo que con solo la instalación de un presidente elegido democráticamente y con llenar los escaños parlamentarios vacantes mejorará la economía e inspirará una mayor confianza en las perspectivas del país.
"Debemos esperar una un boom económico" en 2018, dijo Boisson a la VOA. El economista prevé que el crecimiento sería liderado en parte por la industria del vestido, que emplea decenas de miles de trabajadores en Haití.
Algunos haitianos han huido de su empobrecido país, incluyendo a miles de personas que se han instalado justo al sur de la frontera entre Estados Unidos y México mientras buscan entrar a los Estados Unidos. Después del terremoto de 2010 en Haití, Estados Unidos otorgó a los solicitantes de asilo permisos de trabajo temporales y los protegió de la deportación.
Eso cambió en septiembre, cuando el Departamento de Seguridad Nacional anunció una aplicación estricta de la ley a la luz de la mejora de la economía de Haití.
Jacquelin Belizaire y Jean-Pierre Leroy del servicio Creole de la VOA contribuyeron a este informe.