El nuevo presidente de Haití, el carismático y popular cantante de música popular Michel "Sweet Micky" Martelly, asumió el cargo este sábado bajo la promesa de reconstruir la capital del país, en el que aún son visibles las huellas del terremoto que lo devastó en enero del año pasado.
Martelly, de 50 años, fue electo en segunda vuelta en los comicios presidenciales del pasado 20 de marzo, respaldado por una mayoría de electores que creyó en sus promesas, entre otras la de desarrollar el nivel de vida en las zonas rurales de la nación más empobrecida del hemisferio.
Durante la ceremonia de investidura, en medio de un inesperado apagón, el mandatario recibió de manos del presidente de la Asamblea Nacional, Rudolphe Joazile, la banda presidencial, que le fue entregada por el anterior gobernante, René Préval.
El acontecimiento tuvo lugar en el Palacio Nacional, frente a un barrio todavía repleto de las tiendas de campaña en la que aún viven miles de damnificados por el terremoto que mató a unas 230.000 personas.
A la ceremonia asistieron varias personalidades, entre ellas el ex presidente de EE.UU. Bill Clinton, el primer ministro de Jamaica, Bruce Golding, y delegaciones de Francia, Brasil y Taiwan. También estuvo presente Alain Le Roy, el subsecretario de la ONU a cargo de las fuerzas de paz, que desde 2004 se han encargado de mantener el orden en esa nación.
Tras la juramentación, en la que estuvo acompañado de su esposa, Sophia Saint Remy, y sus cuatro hijos, Martelly se dirigió al museo del Panteón Nacional para depositar una ofrenda floral en honor de los héroes de la nación haitiana.
Entre los desafíos que encara el nuevo presidente está el de cumplir también con otra de sus promesas de campaña, la de organizar un nuevo ejército después de que el que tenía la nación fue desmovilizado tras el levantamiento que en 2004 depuso al entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.
Martelly ganó las elecciones en Haití con el 67,57 por cieto de los votos frente a su oponente, la ex primera dama Mirlande Manigat.
