Cientos de manifestantes de Cuba, Irán, Ucrania, Bolivia, Armenia y minorías chinas se reunieron este martes en los alrededores de la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, para exigir libertad y el respeto de los derechos humanos mientras los líderes mundiales tomaban el podio en la 78ª Asamblea General del organismo.
Aunque la gran mayoría de los activistas asistió al encuentro para protestar por la presencia de los representantes de sus países, en el espacio designado para las sociedades civiles de las naciones miembros de la ONU también se respiraba un ambiente de camaradería y solidaridad.
"Las dificultades hermanan, y aquí todos sentimos el dolor del otro", dijo a la Voz de América Yamira Heydari, una colombiana de padre iraní que aseguró "entender lo que sienten los cubanos, nicaragüenses y venezolanos".
La comunidad de la nación persa fue la más numerosa en la plaza, donde ocuparon gran parte del espacio con banderas, fotografías de mártires y carteles en denuncia contra el "gobierno terrorista" del presidente Ebrahim Raisi.
Mientras Raisi pronunciaba su discurso en la jornada inaugural del segmento de jefes de Estado en la Asamblea General, cánticos al son de una banda de música pedían su deposición, al tiempo que clamaban el nombre de la joven Mahsa Amini, cuya muerte a manos de la policía moral del país causó una ola de violentas protestas que dejaron varios muertos, heridos y prisioneros.
"Hemos venido desde Washington DC y Virginia para apoyar también a la resistencia nacional de Irán, porque tenemos los mismos problemas tanto en Irán, en Cuba, en Venezuela, en Nicaragua, en Bolivia. Tenemos estos dictadores que vienen a hablar de la ONU y vienen a hablar de libertad, democracia cuando estamos viviendo dictaduras terribles en nuestros países", aseguró a la VOA la boliviana Claudia Acha.
Rodeada de un grupo de compañeros del Movimiento Resistencia Bolivia DMV, Acha agregó que habían llegado hasta el umbral de la ONU "para seguir denunciando, protestando".
Unión de naciones fuera de la ONU
El primer día del segmento de alto nivel de la 78ª Asamblea General de la ONU fue intenso. Entre los oradores que abrieron la reunión anual de líderes estuvieron los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, este último uno de los once mandatarios latinoamericanos que participaron en la sesión inaugural.
El ucraniano Volodymyr Zelenskyy, que participó por primera vez de manera presencial a la ONU desde la invasión de Rusia a su país, se robó un protagonismo que celebraron los manifestantes en las afueras del edificio.
Con carteles de "Rusia es un estado terrorista" y "Viva Ucrania", los activistas del país europeo demostraban su rechazo a la presencia de la delegación rusa en la ONU, a la vez que buscaban apoyo a su causa.
En las afueras de la sede del organismo internacional también se hace diplomacia, en este caso, la de la solidaridad.
"Venimos a denunciar a nuestro gobierno, pero también a solidarizarnos, venimos a denunciar que el gobierno cubano participa activamente en la invasión de Rusia a Ucrania, mandando muchachos jóvenes a morirse ahí en esa guerra, sabiendo que son delitos de lesa humanidad que no prescriben", insistió el joven exiliado cubano Reynier Cedeño, en alusión a los reportes de una red de reclutamiento de isleños para combatir del lado de Moscú.
Como el grupo de sus coterráneos reunidos frente a la ONU, Cedeño rechazó la presencia en Nueva York del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, uno de los oradores de la jornada. "Nosotros venimos aquí a decir todo lo contrario (del mensaje oficial) a contar nuestra verdad. No es nuestra opinión, es nuestra experiencia. Vivimos allí, venimos de ahí, sabemos lo que estamos hablando", aseguró.
La "causa común" de activistas latinoamericanos
Hasta Nueva York llegaron también expresos políticos, expatriados y activistas de Nicaragua, Venezuela y Cuba, los tres países con peores índices de libertad según varias oenegés, para denunciar a sus gobiernos y formar un frente unido.
"Es una causa común", agregó a la VOA la cubana Yoaxis, que llegó a Nueva York desde Washington. "Nos unimos a nuestros hermanos nicaragüenses, bolivianos y venezolanos para reclamar también el fin de estas dictaduras. Latinoamérica completa tiene que ser libre de comunismo y libre de tiranías", insistió.
Alexa Zamora forma parte del grupo de nicaragüenses opositores al que el gobierno de Daniel Ortega convirtió en apátridas. Ahora, desde el exilio, Zamora y sus compañeros tratan de levantar sus voces en cada espacio que encuentran.
"En cada espacio que podemos estar, nosotros nos hacemos presentes, precisamente para que no sea solamente la voz de estos relatos inventados y los mensajes oficialistas los que llegan a los diferentes espacios. Nosotros entendemos que los organismos multilaterales, en este caso Naciones Unidas, tiene a Nicaragua como un miembro pleno, pero contamos también con el hecho de que otros países, aliados de la democracia y del pueblo nicaragüense, están muy conscientes de cuál es la realidad que vivimos los nicaragüenses", apuntó.
Para Zamora, en el caso de Venezuela y de Cuba, "la alianza y el acercamiento ha sido hasta natural por ser países de Latinoamérica que vivimos en dictadura y que tenemos y sufrimos casi las mismas cosas", destacó
El joven Yader Parajón, uno de los 222 expresos liberados por Managua, aseguró por otra parte que "es importante hacer un llamado a la comunidad internacional".
"Lo que queremos hacer es tocar puerta para que encontremos una salida pacífica y ordenada, y a la misma vez para evitar que se quede este tipo de crimen en impunidad y que otros países de América se enfilen a sistemas totalitarios, como los podemos ver muy peligrosamente en países de Centroamérica", advirtió.
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