La edición número 54 de los premios Grammy tuvo una reina indiscutible. Con su álbum ‘21’, que fue el más vendido en Gran Bretaña, y su canción "Rolling In The Deep", la artista británica Adele ganó los seis gramófonos a los que fue nominada, incluyendo álbum del año, grabación del año, canción del año, mejor presentación pop solo y mejor álbum pop con el que destronó a Rihanna y a Lady Gaga.
La esperanza de los medios estaba puesta en ella pues hace tan solo tres meses tuvo que ser operada de las cuerdas vocales y hasta el momento no se había presentado en público, sin embargo cuando se presentó cantando "Rolling In The Deep" demostró que la fuerza de su voz estaba intacta.
Por su parte, The Foo Fighters se alzaron en el segundo lugar del podio con cinco premios Grammy en una noche, incluyendo mejor canción rock, mejor presentación pop y mejor video musical largo.
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Homenajeados, polémicos y los que brillaron por su ausencia
Entre los homenajeados de la noche estuvieron los integrantes de la mítica banda The Beach Boys que, tras casi 20 años de silencio, reaparecieron para celebrar los 50 años de su creación y pusieron a vibrar el corazón de los asistentes cuando entonaron su clásico "Good Vibrations". Hasta Lady Gaga los tarareó.
La presencia de The Beach Boys estuvo precedida por el homenaje que les rindieron Maroon 5 y Foster The People, quienes los llamaron al escenario con "Surfer Girl" y "Wouldn't It Be Nice", dos clásicos de la banda californiana.
Los ojos del mundo se volcaron en el ex Beatle Sir Paul McCarney, quien realizó dos presentaciones, incluida la del cierre de los premios y que era una de las personas homenajeadas de la noche por su trayectoria musical y su aporte a la filantropía. Junto a McCarney se rindió homenaje al fallecido fundador de Apple, Steve Jobs; Amy Winehouse, quién ganó un Grammy póstumo, y a la recién fallecida Whitney Houston.
El sabor político y de protesta –como siempre – corrió por cuenta de Bruce Sprinteen al cantar “We take care of our own” pero, particularmente, la presentación más satírica fue la de la joven Nicki Minaj, quién llegó a la alfombra roja del Staples Center de Los Ángeles acompañada de un anciano vestido de ‘papa’ mientras ella usaba un hábito de monja de color rojo. Durante su presentación representó un exorcismo y, tácitamente, lanzó varias sátiras.
Brilló por su ausencia la excéntrica Lady Gaga quién, de ser una de las mayores ganadoras en 2011, esta vez no ganó ni un gramófono, no hizo una presentación y su peculiar vestimenta qque incluía mallas y un cetro no generó tanto impacto como el de Nicki Minaj.
Whitney Houston, la más homenajeada de la noche
Tras la repentina muerte de la actriz y cantante Whitney Houston este sábado en el hotel Beverly Holton, más de un famoso debió cambiar a última hora el traje que iba a lucir en la alfombra roja por algo más sobrio, por lo que predominó el negro y los colores opacos.
La ceremonia, como se esperaba, abrió con un homenaje a la diva del pop.
"Lo único que siento como correcto es que comencemos con una plegaria por la mujer que amamos, por nuestra hermana caída, por Whitney Houston", dijo el anfitrión de la gala, el rapero LL Cool J. Acto seguido todos los asistentes se pusieron de pie para hacer una plegaria. “No hay forma de eludir esto. Ha ocurrido una muerte en la familia", agregó el rapero.
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Por su parte, varios de los artistas que se presentaron dedicaron su actuación a Houston y, en el caso de Alicia Keys, a Etta James. Pero el acto que mantuvo en silencio por algunos segundos fue la presentación de Jennifer Hudson con la canción ‘I will always love you’, uno de los éxitos de la artista que falleció a los 48 años cuando se disponía a asistir a un evento previo de los Grammy.