El gobierno de Nicolás Maduro fustigó a los países del Grupo de los Siete (G7), que reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, por su posición sobre las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio en Venezuela.
"El decadente imperialismo jamás había tenido tan pobre y ridículo liderazgo como el que hoy exhibe el G7. Rechazados por sus propios pueblos pretenden recurrir a prácticas coloniales y meterse en asuntos que no le conciernen", escribió el canciller venezolano, Yván Gil, en la red social X.
Por su parte, la principal líder de la oposición María Corina Machado agradeció al grupo de las siete mayores economías industrializadas “por su apoyo inequívoco a la democracia y a las elecciones libres y justas”.
“El mundo entero debe apoyar esta exigencia de respeto a los derechos humanos, de liberación de los presos políticos y del cese de la persecución a miembros de la oposición (...) La claridad y el respaldo de la comunidad internacional, nos recuerda que no estamos solos en este firme propósito”, siguió en X Machado, quien no pudo concurrir en los comicios por una inhabilitación, pero que usa su popularidad para respaldar a su sustituto, el diplomático Edmundo González.
En las elecciones del 28 de julio, Maduro busca su tercer mandato, pero según sondeos de opinión cuenta con una intención de voto que no supera el 30 %. Su principal rival, de la mano de Machado, es González.
El viernes, el foro político y económico dijo que está “profundamente” preocupado por la crisis política, económica y humanitaria del país; además de la falta de avances en la implementación del Acuerdo de Barbados, que firmaron en octubre de 2023 las delegaciones del chavismo gobernante y la oposición.
El grupo condenó la decisión del Consejo Electoral de Venezuela (CNE) de retirar la invitación a la misión de observación electoral de la Unión Electoral (UE).
A finales de mayo, el CNE anunció su decisión de excluir la observación de la EU de los comicios, luego que el bloque ratificó sanciones individuales contra unos 50 funcionarios chavistas, pero suspendiera temporalmente la del presidente del organismo, Elvis Amoroso.
“Sería inmoral permitir su participación conociendo sus prácticas neocolonialistas e intervencionistas contra Venezuela, no siento grata su presencia en un proceso electoral tan importante para la democracia”, dijo entonces Amoroso en una declaración transmitida por el canal del Estado, Venezolana de Televisión.
Esta semana, Juan Carlos Delpino, rector principal del CNE, acusó a Amoroso de tomar decisiones unilaterales “sin convocar a sesión”. Y entre esas medidas asegura está la revocación de la invitación a la misión de observación de la UE.
“Me convocaron 20 minutos antes para una rueda de prensa sin decirme ni siquiera la materia que iba a tratar y decidí, por eso mismo, no asistir”, dijo Delpino en una entrevista con el medio digital Efecto Cocuyo.
En el documento de los lideres de las siete potencias industriales del planeta se lee: “llamamos a Venezuela a implementar plenamente el Acuerdo de Barbados y garantizar elecciones competitivas e inclusivas el 28 de julio, que abarquen misiones de observación electoral internacional completas y creíbles”.
El grupo también abogó por el fin del “acoso” a miembros de la oposición venezolana y la liberación “inmediata” de todos los presos políticos.
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