Los dos hombres usaron un coche para atropellar al soldado Lee Rigby, un baterista del ejército, cerca de las barracas de Woolwich en el sureste de Londres el miércoles por la tarde y trataron de decapitarlo con un hacha de carnicero y cuchillos, dijeron testigos, antes de decir a los transeúntes que actuaban en venganza por las guerras británicas en países musulmanes.
Cameron calificó el ataque como atroz e indicó que hay fuertes indicaciones de que fue un acto terrorista como lo sugiere un dramático video filmado por un transeúnte, al que habla uno de los sospechosos con las manos cubiertas de sangres y prometiendo venganza contra el Reino Unido.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó el asesinato como acto atroz, y aseguró que su país se solidariza con el Reino Unido contra la violencia extremista y el terrorismo.
"Condenamos el horrible ataque de ayer en Woolrich, en el distrito de Londres.
Nos solidarizamos con nuestro cercano aliado, el Reino Unido, ante el rostro de este tipo de violencia y actos despreciables. Y, por supuesto, enviamos nuestras condolencias a la familia del soldado británico", dijo Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU.
"Juramos por el todopoderoso Alá que nunca dejaremos de luchar contra ustedes. La única razón por la que hacemos esto es porque hay musulmanes que mueren cada día", dijo un hombre negro de unos 20 a 30 años y que hablaba con acento local, según material obtenido por un canal de noticias británico ITV.
El sospechoso que aparece en el vídeo fue identificado como Michael Adebolajo, de 28 años, e indicaron que la policía había registrado la casa de su familia nigeriana en una población cerca de la ciudad inglesa de Lincoln, en el este del país.
Ambos hombres parecían haberse convertido al islam tras proceder de un entorno de inmigrantes cristianos, según los medios.
La policía disparó e hirió a los dos sospechosos en su intento por arrestarlos y actualmente ambos se encuentran hospitalizados y bajo custodia de las autoridades.
"Nunca cederemos ante el terror o terrorismo en cualquiera de sus formas", dijo Cameron en la puerta de su oficina, en Downing Street.
"No fue sólo un ataque contra Reino Unido y el estilo de vida británico, sino también una traición al islam y las comunidades musulmanas que han dado tanto a nuestro país. No hay nada en el islam que justifique este acto totalmente atroz".
En una reacción al ataque, más de 100 partidarios de la Liga de Defensa Inglesa, un grupo de protesta de extrema derecha, salieron a las calles a protestar portando la bandera roja y blanca de Inglaterra. Fueron contenidos por la policía antidisturbios.
Por separado, otros dos hombres fueron arrestados en conexión con otros ataques contra mezquitas en las afueras de Londres. Nadie resultó herido.