El gobernador demócrata de Luisiana promulgó el jueves una ley que prohíbe el aborto, incluso a partir de las seis semanas de embarazo, lo que causó molestia entre miembros de su propio partido.
El gobernador John Bel Edwards convirtió a Luisiana en el quinto estado en aprobar una medida de este tipo, uniéndose a Mississippi, Kentucky, Ohio y Georgia. La ley en Alabama es mucho más estricta, ya que prácticamente prohíbe todos los abortos.
La nueva medida prohibiría los abortos después de que se detecte el latido del feto, lo que puede ocurrir antes de que una mujer sepa que está embarazada. La ley no incluye excepciones para embarazos por violación o incesto.
La ley de Luisiana afectará pronto a las tres clínicas de aborto que existen en el estado. Se aplicará únicamente si la ley de Mississippi es ratificada por una corte federal de apelaciones.
Edwards promulgó la ley en privado e hizo el anuncio a través de su oficina.