El mayor fabricante de automóviles en Estados Unidos, General Motors, admitió culpabilidad el jueves en ocultar información algobierno y a los automovilistas sobre un mortal defecto en los interruptores de arranque de sus vehículos, que ha sido vinculado a por lo menos 124 muertes en choques.
GM, el tercer mayor fabricante de automóviles del mundo después de la alemana Volkswagen y la japonesa Toyota, acordó pagar una multa de 900 millones de dólares para dar por resuelto los cargos criminales en el caso.
Además, el fabricante de automóviles estadounidense acordó pagar otros 575 millones de dólares para resolver reclamos por daños de 1.385 muertes y heridos en accidentes causados por los defectuosos interruptores de arranque y a los accionistas de la compañía que reclamaron que las acciones de GM disminuyeron de valor.
En una declaración, la jefa ejecutiva de GM, Mary Barra, dijo “Los errores que llevaron ha llamado a reparación de los interruptores de arranque nunca debieron haber ocurrido. Nos hemos disculpamos, y lo hacemos de nuevo hoy”.
De acuerdo con la declaración del caso, GM sabía sobre los interruptores defectuosos en algunos de sus modelos pequeños por más de una década antes de que finalmente revelara el problema en 2013.
En algunos automóviles con el defecto las bolsas de aire se desplegaban en accidentes.