La cumbre de líderes del Grupo de los 20 (G-20) concluyó con una declaración genérica sobre la valorización de las monedas, el tema que ha generado más tensiones entre las principales potencias mundiales.
Los presidentes de las veinte principales economías del mundo, reunidos en Seúl, la capital de Corea del Sur, prefirieron no apoyar el reclamo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de que sean los mercados los que definan el valor de las monedas, en directa referencia a lo que definió como la “infra-valorización” del yuan.
El mandatario estadounidense dijo que el gobierno de China "gasta enormes cantidades de dinero" para mantener el yuan en esa condición y dijo que China, "de forma gradual", debe permitir a los mercados marcar el valor de la moneda.
En la declaración que el Grupo de los 20 emitieron al final de la cumbre, señalan que han acordado abstenerse de "una devaluación competitiva" de las monedas y avanzar hacia tasas de cambio determinadas por el mercado.
Sin embargo, la declaración no exhorta a los países para que dejen de devaluar sus monedas, con lo cual evitaron asumir una posición más firme ante la actual política de China.
En recuperación
Tras los debates, el presidente Obama destacó que la economía global "está de nuevo en camino a la recuperación" e insistió en que se debe trabajar más para resolver diferencias sobre comercio y temas monetarios.
Ante los periodistas, el mandatario estadounidense insistió que la moneda china continúa siendo devaluada, lo cual es irritante para Estados Unidos y otros socios comerciales.
El Presidente indicó que es importante para Beijing que de forma gradual deje que los mercados establezcan el valor de su moneda.
También el mandatario estadounidense dijo que está insistiendo en un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur que sea beneficioso para ambas naciones.