La industria de los biocombustibles da la bienvenida a un nuevo maíz genéticamente modificado creado por el gigante de la agricultura Syngenta.
Aunque el producto ha sido aprobado por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), hay oposición de una fuente inusual: los fabricantes de meriendas empacadas.
Los aperitivos a base de maíz son un negocio de $6,000 millones de dólares en EE.UU. y la industria de la merienda, dice que el crujido de sus productos se ve amenazado por una enzima del nuevo maíz genéticamente modificado de Syngenta.
Más fácil de etanol
La enzima, conocida como alfa-amilasa, descompone el almidón en azúcar, que se fermenta hasta convertirse en etanol.
De acuerdo la compañía, incorporar la enzima en el maíz ayudará a producir más etanol con menos agua y menos energía. A su vez ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una ley estadounidense de 2007 requiere que la gasolina sea mezclada con combustibles renovables y esto ha aumentado la demanda de etanol. En 2011, un 40% de la cosecha de maíz en EE.UU. se dedicará a la producción de etanol.
Papas fritas desmenuzables
Pero lo que es bueno para la producción de etanol no es bueno para todos.
"Nosotros no producimos etanol. Producimos alimentos", dice Mary Waters, presidente de la Asociación de Molineros de EE.UU., uno de los cinco grupos principales de la industria alimenticia que, en sus palabras, está "profundamente decepcionado" con la decisión del USDA para aprobar el cultivo sin restricciones.
En una declaración conjunta señalaron que han apoyado a otros cultivos genéticamente modificados.
La preocupación, dice Waters, es que el almidón de maíz de Syngenta podría hacer que los cereales perdieran su consistencia, las empapadas, meriendas y papas fritas sean desmenuzables, esto incluso si una pequeña cantidad termina en la cadena alimenticia humana.
"Solo tomaría un núcleo de cada 10.000 para afectar a la elaboración de alimentos," dice Waters.
Historia de la contaminación
Esta no sería la primera vez que un producto genéticamente modificado termina donde no pertenece. Maíz transgénico sin aprobación para consumo humano apareció en el suministro de alimentos en 2001, a sí mismo arroz no aprobado en 2006. Las estimaciones varían ampliamente, pero las pérdidas financieras en estos casos la contaminación fue de cientos de millones de dólares.
El maíz contaminado no causó problemas de salud. "Sin embargo, causó grandes trastornos en la disponibilidad de alimentos de que utilizaban maíz", dijo Jim McCarthy, presidente de la Asociación de Alimentos y Meriendas. "El nuevo caso tendrá un impacto importante y estamos instando a Syngenta a repensar esto".