La Fiscalía General de Guatemala anunció el viernes que continuará la investigación al Movimiento Semilla, el partido de izquierda que impulsa a Bernardo Arévalo y que sorprendió al alcanzar el balotaje presidencial, pese a las críticas por la intromisión del Poder Judicial en el proceso electoral.
“Las actuaciones del Ministerio Público no tienen como finalidad interferir en la fecha de la realización de la segunda vuelta electoral ni inhabilitar la participación de ningún candidato al balotaje”, dijo la Fiscalía en un comunicado de prensa.
El secuestro de documentación del partido y el allanamiento a la sede del Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) realizado la víspera fueron duramente cuestionados a nivel nacional e internacional y generaron manifestaciones en varios departamentos del país.
La Fiscalía investiga supuestos delitos en la conformación de Movimiento Semilla ocurridos en 2018 y denunciados en 2022. Apenas 50 minutos antes de que se oficializara que el partido participaría en segunda vuelta electoral, Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) que tiene a cargo el caso de Semilla anunció que un juez suspendió la personería jurídica de esa fuerza política por pedido de la Fiscalía.
Ante las movilizaciones y cuestionamientos, Curruchiche justificó el viernes en una transmisión de YouTube sus acciones y lo hizo diciendo que en la conformación del partido se habrían cometido delitos que deben ser investigados. Curruchiche fue sancionado por el gobierno estadounidense por socavar la democracia del país y obstaculizar la lucha anticorrupción.
La sombra de Giammattei
El presidente Alejandro Giammattei es profundamente impopular en el país, pero al margen de ocasionales reproches de Estados Unidos y Europa ha logrado consolidar su control sobre el sistema judicial con escasas consecuencias. La Fiscalía General es uno de sus principales aliados.
Giammattei, quien por ley no puede postularse a la reelección, se ha mantenido alejado de la luz pública. Su despacho emitió un comunicado en el que sostuvo que respeta la separación de poderes y que no se involucraría en procesos judiciales.
La administración de Giammattei fue una transformación dramática para un país que hace cuatro años lanzó un esfuerzo anticorrupción agresivo con el respaldo de las Naciones Unidas. Pero desde que esa misión fue expulsada por el predecesor de Giammattei, el presidente ha colocado sistemáticamente a sus fieles en reemplazo de fiscales y jueces que encabezaron esa lucha contra la corrupción.
En ese contexto se produjeron las elecciones presidenciales del 25 de junio que causaron un shock a los guatemaltecos y los observadores extranjeros.
Antes de los comicios todas las encuestas indicaban que habría una segunda vuelta entre una estrecha lista de candidatos de derecha e izquierda pero los votos nulos, muchos depositados como protesta, fueron más que los sufragios que recibieron los 22 candidatos. A su vez, Arévalo llegó al balotaje del 20 de agosto como el segundo más votado luego de la ex primera dama Sandra Torres, de la derechista Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
Katya Salazar, directora ejecutiva de Due Process Foundation, dijo que el sorpresivo apoyo a Arévalo fue “una demostración de insatisfacción” en el país centroamericano que sacudió a la estructura de poder hasta el mismo presidente. “Creo que el miedo lo nubló”, dijo Salazar.
Rechazo generalizado
Hasta Torres se sumó a los cuestionamientos y anunció que suspendía su campaña en solidaridad con Arévalo.
Aunque UNE ha sido una fuerza clave para ayudar a Giammattei a impulsar su agenda legislativa, parece que Torres teme que el ataque contra el Movimiento Semilla pueda minar su candidatura.
“Yo como candidata quiero competir en igualdad de condiciones”, dijo Torres. “Queremos manifestar nuestra solidaridad con los votantes del partido Semilla y también con los que salieron a las urnas”, agregó.
Poco después la Corte de Constitucionalidad, el máximo tribunal del país, le otorgó al Movimiento Semilla un amparo contra la suspensión de su estatus legal, lo que redujo las tensiones temporalmente.
Arévalo agradeció a la Corte de Constitucionalidad así como al Tribunal Supremo Electoral, que prometió defender la voluntad de los votantes.
Que “los corruptos que han intentado robarle al pueblo estas elecciones hoy se vean marginados”, demandó el candidato.
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