Tras casi tres meses de protestas en Ferguson, el lema de los manifestantes “Hands up, don’t shoot” (Manos arriba, no disparen) podría haber estado equivocado.
Según expertos que analizaron los datos de la autopsia oficial del cuerpo de Michael Brown, el adolescente negro abatido por la policía, hubo un forcejeo dentro del auto policial entre Brown y el oficial Darren Wilson, que obligó a este último a disparar.
Los detalles de la autopsia y el análisis de la misma fueron publicados por el periódico St. Louis-Dispatch y reproducidos en otros medios estadounidenses.
Según explicaron los expertos al periódico, Brown recibió los disparos a corta distancia y puede haber estado intentado arrebatar el arma del policía.
Una herida en uno de los dedos de la mano de Brown en que se encontró residuos de pólvora –señal de que la mano estaba muy cerca del arma—parece confirmar que el joven no se había rendido. En la pistola también se encontraron rastros de la sangre de Brown, lo que confirmaría esa teoría.
“Si su mano está cerca de la pistola cuando ésta es disparada, significa que iba tras el arma del oficial”, explica la forense Judy Melinek, una de las expertas que analizaron la autopsia.
El periódico reporta que Brown estaba de cara al policía cuando recibió un disparo en la frente, dos en el pecho y uno en la parte superior del brazo derecho. El ángulo de la herida en la cabeza parecería indicar que Brown estaba yendo hacia adelante, abalanzándose hacia el oficial.
El reporte de toxicología reveló además la presencia de THC en el cuerpo de Brown, lo que indica que había fumado marihuana recientemente.
El Dispatch había publicado un día antes la versión más detallada de lo que sucedió, según el relato del oficial Wilson a los investigadores. De acuerdo a ésta, Wilson vio a Brown y a su amigo Dorian Johnson caminando a la mitad de la calle Canfield. Wilson notó que la ropa de Johnson coincidía con la descripción de un sospechoso que acababa de asaltar una tienda del área donde robó cigarrillos. Brown llevaba los cigarrillos en la mano.
Wilson dijo que cuando trató de salir del vehículo policial, Brown le bloqueó la puerta y lo golpeó en la cara. Wilson sacó su arma y luego vino el forcejeo.
De ser válidas las observaciones, las conclusiones de la autopsia no parecen soportar la creencia popular de que el joven negro se estaba rindiendo, intentaba huir, estaba de espaldas o que tenía las manos arriba.