“El feminismo lo está cambiando todo”, “abajo el patriarcado” o “no más violencia machista” son algunas de las peticiones que reclamaron miles de feministas que marcharon por las principales calles del centro de Madrid en el Día Internacional de la Mujer.
Las manifestaciones de este 8M, las primeras en la capital española sin restricciones sanitarias desde el inicio de la pandemia de coronavirus, iniciaron desde la plaza de Atocha, en el centro sur de la ciudad, ya entrada la tarde.
Entre las principales reivindicaciones de las manifestantes están la eliminación de la brecha salarial que ronda más del 28 % en el país, acabar con la violencia y las agresiones sexuales, que ha provocado 1.129 feminicidios en España desde 2003 , aborto legal y accesible mediante la sanidad pública y mayor participación en la elaboración de políticas públicas.
Este año la conmemoración feminista estuvo marcada por los desacuerdos que existen entre los dos grandes colectivos, principalmente por la ley Trans impulsada por el Ejecutivo que permite a mayores de 16 años cambiar legalmente su género, así como por las diferentes posturas frente a la abolición de la prostitución.
La fragmentación ha sido tal, que este 8 de Marzo se han convocado, por segundo año consecutivo, marchas separadas.
Diversidad en la lucha feminista en España
Por un lado estuvo el Movimiento Feminista de Madrid, abolicionista de la prostitución y que, por lo tanto, desaprueba los diferentes matices de otros colectivos feministas frente al trabajo sexual.
“Si no eres abolicionista no es que estés cumpliendo otra agenda feminista, es que no estás cumpliendo la agenda feminista”, aseguró en rueda de prensa Lola Venega, portavoz del bloque.
Además esta facción reprueba la gestión del Gobierno de coalición y exige el cese de la ministra de Igualdad, Irene Montero, por las consecuencias que ha traído la aplicación de la ley de libertad sexual - más conocida como la ley del Solo Sí es Sí- impulsada por esta cartera, que provocó la rebaja de penas de 721 agresores sexuales, según el Consejo General del Poder Judicial, y que en estos momentos es motivo de debate en el Congreso de los Diputados para una posible reforma.
En contraste, la Comisión 8M de Madrid, que se define como un “colectivo más afín a las políticas progresistas”, según sus portavoces, afirma que no se trata de divisiones, sino de las decisiones que otros sectores han tomado para reivindicar otros derechos.
“Ha habido algunas que no han estado de acuerdo en unos mínimos comunes y han decidido organizar otra manifestación, pero eso no lo considero una división, es una decisión de ir por otro camino y reivindicar otras cuestiones”, comentó a la Voz de América Rocío Lleó, portavoz del bloque.
En conversación con la VOA, activistas latinoamericanas radicadas en Madrid, como la dominicana Altagracia Valdéz, aseguraron marchar este 8M para que las mujeres “sean visibilizadas” y que “se les dé el valor que tienen como mujeres y activistas”.
La ecuatoriana Margarita Martínez, quien lleva más de 20 años viviendo en la capital de España, pide “sanidad pública, educación y vivienda”; otras como Amalia Caballero, de Guayaquil, Ecuador, apoyan los esfuerzos para impulsar la ley para la Regularización Extraordinaria para Personas Extranjeras en España y mejorar las garantías laborales para las mujeres en condición migratoria irregular que trabajan como empleadas domésticas.
“Queremos que el convenio 189 sea ya puesto en marcha. Seguiremos luchando para que se nos reconozcan las enfermedades laborales”, aseguró Caballero a la VOA.
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