El director del FBI, James Comey, habría exagerado la cantidad de correos electrónicos con información secreta que una asistente de Hillary Clinton envió a su esposo, y que se convirtió en la principal revelación de su testimonio ante el Congreso la semana pasada.
Comey dijo ante la Comisión Judicial del Senado que la principal razón para alertar al Congreso sobre la reapertura de la investigación contra Clinton unos cuantos días antes de la elección de noviembre, fue que agentes del FBI descubrieron miles de emails que Huma Abedin, la asistente de Clinton, había enviado a su esposo, Anthony Weiner, para que los imprimiera.
“De alguna manera, sus emails [los de Clinton] estaban siendo enviados a Anthony Weiner, incluyendo información clasificada”, aseguró Comey. “Su esposa Huma Abedin parece haber tenido la costumbre regular de enviarle los correos para que él los imprimiera y así poder entregarle [copia física] a la secretaria de Estado”.
Comey describió la cantidad de correos como “cientos y miles, algunos de los cuales contenían información secreta”, pero personas cercanas a la investigación dicen que eso no es cierto.
La investigación descubrió que Abedin envió ocasionalmente correos a su esposo, pero ni fueron tantos ni era una práctica común. Según las fuentes, ninguno de los correos tenía información clasificada, y solo unos cuantos tenían información que luego fue considerada como secreta.
El manejo de la investigación de Clinton ha sido objeto de críticas por parte de los Demócratas, incluyendo la propia Clinton, que la consideran como un factor determinante en la derrota de la ex secretaria de Estado en las elecciones.
Comey hizo saber la reapertura del caso el 28 de octubre, menos de dos semanas antes del día de la elección y luego consiguió una orden de allanamiento para examinar unos 3.000 correos almacenados en la computadora de Weiner. En ese momento Hillary Clinton estaba arriba en las encuestas.
Comey comunicó al Congreso que no había nada nuevo en los correos tres días antes de la elección, cuando según Clinton, el daño ya estaba hecho.