James Comey siempre ha hecho el papel de duro fiscal estadounidense y su independencia no deja de ser legendaria. Pero ahora, el director del Buró Federal de Investigaciones parece haber tomado el papel más grande de su carrera, al insertarse en forma sin precedente en los últimos días de la campaña presidencial estadounidense.
El viernes, Comey envió una carta al Congreso notificando que el día anterior fue informado por agentes del FBI sobre un nuevo lote de correos descubiertos en un caso diferente que podrían estar relacionados y podrían ser relevantes en la investigación del servidor privado de Hillary Clinton.
Su misiva ha sacudido la contienda presidencial y ha hecho tambalear la campaña de la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, que parecía hasta el viernes marchar hacia una victoria contundente.
Comey de 55 años, una prominente figura del Departamento de Justicia bajo la presidencia de George W. Bush, ya tenía la fama de ser independiente para cuando fue nombrado por el presidente Barack Obama para el puesto.
En 2004, mientras era funcionario de la administración Bush, su jefe, el fiscal general de entonces, John Ashcroft, fue hospitalizado. La Casa Blanca quería que Ashcroft aprobara la legalidad de ciertos aspectos de la vigilancia ejercida por la Agencia de Seguridad Nacional sobre algunos sospechosos de terrorismo, pero Comey se opuso.
Cuando los funcionarios de la Casa Blanca fueron directamente al hospital para tratar de hacer que el convaleciente Ashcroft firmara la medida, Comey fue también al centro médico y en la habitación de Ashcroft se enfrentó a los funcionarios.
Comey eventualmente retiró su amenaza de renunciar por el impase, y luego que Bush escuchó sus objeciones, se hicieron cambios al programa de vigilancia.
Pero ahora sus decisiones han sido criticadas por decenas de ex fiscales y por el jefe de la minoría del senado, el demócrata Harry M. Reid que le ha advertido que puede haber violado la ley haciendo el aviso al Congreso.
“Sus acciones en los meses recientes han demostrado un preocupante doble racero en el tratamiento de la información delicada, con lo que parece ser un claro intento de ayudar a un partido político por encima del otro”, escribió Reid.
“Le escribo para informarle que mi oficina ha determinado que sus acciones pueden haber violado la ley Hatch, que prohíbe a funcionarios del FBI usar su autoridad oficial para influenciar una elección. Con sus acciones partidistas, usted puede haber violado la ley”, le advierte Reid.
Comey explicó a sus subalternos que se sintió obligado a informar al Congreso sobre la reapertura de la investigación porque en el pasdo repetidamente dijo a los legisladores que la investigación ya estaba completa.
Comey declaró bajo juramento que Clinton no cometió ningún delito, pero dijo que ella había mostrado ser “extremadamente descuidada” para manejar documentos clasificados como secretos.
El director del FBI es nombrado por el presidente y confirmado por el Senado. Comey asumió el cargo en septiembre de 2013 y se supone que su período es de 10 años. Solo su predecesor, Robert Muller, ha durado su período completo desde 1972, cuando se estableció el límite de servicio. Muller estuvo a cargo durante 12 años debido a la emergencia del 11 de septiembre.