Ámbar Mateo Dotel y Arlenis Peña tienen varias cosas en común: nacieron en República Dominicana y, aunque viven en Nueva Jersey y Nueva York, respectivamente, se declaran fanáticas del béisbol. Además, a través de medios de prensa y redes sociales una explica las reglas de la pelota, a la par que la otra cubre eventos de Grandes Ligas e incita a los peloteros angloparlantes a decir al menos algunas frases en español.
La recién finalizada Serie Mundial de béisbol dejó a los aficionados con sabor a poco, pero en menos de tres meses, en marzo de 2023, se celebrará el Clásico Mundial de Béisbol, por ello Ámbar creó el canal Hablemos Pelota para explicarle al público las enrevesadas reglas que se aplican en el diamante.
“La idea surge en la cocina de mi casa -contó a la Voz de América- cuando hablé con mi amiga Montse” quien, según dice, la ayudó a publicar todo el contenido en TikTok e Instagram. Ahora tiene en perspectiva abrir un canal en YouTube.
Una escuela en casa
Su tío, Octavio Eduardo Dotel, debutó en 1999 como lanzador en el equipo de los Mets de Nueva York para pasar por trece equipos diferentes, lo que constituye un récord para un pelotero dominicano.
“Me crié con mi mamá y mi abuela; mi abuela fue la que me enseñó y me hizo amar el deporte porque ella veía a mi tío Octavio lanzar en Grandes Ligas, entonces de ahí conocí el deporte”, comenta Ámbar.
Sus historias y datos gráficos aparecen en Instagram, pero es en la popular red TikTok, donde sus explicaciones alcanzan casi las 200.000 interacciones, a poco de haberlas publicado.
En este sentido, cabe señalar que una nube de incertidumbre que podría alterar sus planes: la difícil relación de esta plataforma social, de origen chino, con Estados Unidos.
Durante el último año de su mandato, el presidente republicano Donald Trump, inició una serie de acciones para prohibir esta red social en EEUU. Ya bajo la presidencia de Joe Biden, el pasado mes de noviembre, el director del FBI, Christopher Wray, expresó que "las preocupaciones" del FBI sobre TikTok incluyen "la posibilidad de que el gobierno chino pueda usarlo para controlar la recopilación de datos de millones de usuarios".
Sin embargo, Ámbar no parece tener eso en la cabeza, y se centra en las alegrías que desde pequeña le ha brindado este deporte.
“Yo sé lo qué es saltar con mi abuela de la emoción por un juego, sé lo que es llorar por un juego. Mi vida en sí, desde muy pequeña, ha estado muy relacionada al béisbol, ha sido muy bonito, solo doy gracias porque he aprendido mucho de la vida a través del deporte”, explica.
Una de sus publicaciones, por ejemplo, explica de manera sencilla cómo se calculan las estadísticas básicas de un juego de pelota; en otra enseña las diferencias entre los tipos de lanzamientos de un pitcher o qué es una “joyita a la defensiva”.
Recién graduada de Administración y Estrategia de Negocios en el Tecnológico de Monterrey, México, Ámbar cree que su destino sigue del lado de los estadios, donde la algarabía por los jonrones tiene un mejor sabor.
Cada vez se ven más mujeres cubriendo juegos de béisbol o comentando en distintos medios de prensa. Para las que aún consideran que se trata de un deporte muy difícil de entender, Ámbar les envía un mensaje.
“Mi recomendación es: ‘no le tengas miedo’, para nada. La parte más complicada del béisbol no es lo básico, sino las estadísticas; disfruta el deporte, míralo”, aconseja. “A simple vista se puede entender, pero la recomendación es no tenerle miedo al deporte, no tener miedo a preguntar”.
Fanática de los Yankees
Por otra parte, Arlenis escribe regularmente para el sitio especializado NYC Sports News. Comenzó su labor los 16 años, escribiendo comentarios y notas periodísticas para una página de aficionados. “Soy muy fanática de los Yankees de Nueva York”, dice orgullosa en entrevista con la VOA.
Primero escribió sobre los torneos de ligas menores, hasta que hace varios años llegó su gran oportunidad. A día de hoy ha visitado estadios de las Grandes Ligas y ha cubierto series del Caribe y la Liga Invernal Dominicana (LIDOM).
“Fue poco a poco, un día me desperté y ya tenía años haciendo esto, pero no fue una decisión que yo tomé: ‘Yo voy a ser reportera, voy a estar en el terreno’. No, nada de eso. Fue algo que pasó porque tenía que pasar”, relata.
Nacida en La Romana, una ciudad bañada por el Mar Caribe en República Dominicana, a ella también le influyó el ambiente en que creció. “Cuando yo era niña era muy fanática del equipo de mi ciudad, los Toros del Este, ellos no eran muy exitosos entonces, pero ese amor por el equipo no se perdía, yo lloraba por mi equipo, era muy apasionada por ellos”, explica.
A los 13 años se mudó a Nueva York y ahí nació su amor por el famoso equipo del Bronx.
“A mí me gusta el juego, veo todos los juegos, soy mánager de sillón, como se dice. Estoy ahí, cuestionando las jugadas, al jugador, el movimiento. Yo respeto mucho el béisbol, y más que de un equipo, soy fanática del béisbol”, indica.
Un mundo diverso
Su interacción con los jugadores, dice, es muy divertida, pero muy respetuosa siempre.
En sus inicios, rememora Arlenis, cuestionaban su presencia entre los aficionados y hasta le preguntaban si ya tenía edad para estar en ese ambiente. “Pero cuando tú empiezas a hablar con ellos y ven que tú sabes lo que estás hablando, que puedes entrar en una conversación del juego, el respeto tú ves inmediatamente, lo reconoces”, asegura.
En algún momento se le ocurrió la idea de animar a los jugadores angloparlantes a decir palabras y frases en español, a preguntarles por las comidas de los países de Latinoamérica. “Me gusta la jocosidad, los jugadores lo disfrutan. Tengo jugadores que me dicen: ‘la próxima entrevista va a ser en español, no te apures, el año que viene vengo ready´ . Es muy divertido”.
Más allá de los resultados de cada juego o serie de campeonato, insiste, hay historias interesantes en las estrellas que hacen brillar el béisbol, y en ello indaga en sus entrevistas.
“Muchos de ellos -asegura Arlenis- aprovechan esa oportunidad cuando van a decir dos o tres palabras en español, para compartir el respeto que tienen por sus compañeros latinos que vienen de otros países y que el inglés no es su primer idioma”.
Recorriendo Estados Unidos de un extremo a otro, esta reportera ha constatado la diversidad que compone el gran espectáculo de las Grandes Ligas. “Uno descubre que hay un pelotero que aunque no es latino, su abuelo era cubano o dominicano, o ha ido a Dominicana”.
Las redes sociales han venido a darle el impulso que necesitaba para conectarse más con los aficionados y los jugadores, y sabe que es una vía para llegar a más gente en el mundo. “Por qué no tratar de esparcir ese conocimiento y las historias que están detrás y que la gente no conoce”, insiste.
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