Manifestantes en varias ciudades brasileñas protestaron y condenaron el miércoles el nombramiento de Luiz Inácio Luda da Silva como jefe de gabinete por la presidenta Dilma Rousseff.
Miles de manifestantes se reunieron en las calles de Brasilia y Sao Paulo, donde gritaron que Lula fue nombrado para protegerlo del escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Como confirmando las sospechas, el miércoles un juez divulgó grabaciones de conversaciones entre Lula y Rousseff. El juez dijo que las grabaciones indican que Lula pidió ayuda a la jefe de Estado para evitar ser enjuiciado.
Como miembro del gabinete de Rousseff, Lula solo puede ser enjuiciado ante la Corte Suprema de Justicia.
De acuerdo a Rousseff, Lula tendrá “los poderes necesarios” para ayudar a Brasil.El exmandatario asumirá su cargo este jueves 17 de marzo.
Analistas creen que Lula fungirá como una especie de “superministro” con atribuciones políticas y económicas, para tratar de detener la profunda crisis del gobierno brasileño.
Medios brasileños especulan que habrá otros cambios para colocar a personalidades cercanas al expresidente y a su Partido de Los Trabajadores (PT).
La Fiscalía asegura que más de $2.000 millones de dólares fueron pagados en sobornos y otros fondos por la firma de construcción más grande del país a cambio de contratos inflados otorgados por Petrobras.
Entretanto Rousseff se acerca cada vez más a ser enjuiciada políticamente. El domingo, multitudinarias manifestaciones en todo el país pidieron su renuncia y el enjuiciamiento a Lula.