El exministro de Energía y Petróleo de Venezuela durante la administración del expresidente Hugo Chávez, Rafael Ramírez, se sumó este domingo a las voces críticas del gobierno de Nicolás Maduro que exigen activar el próximo año un referendo para revocar su mandato.
A Maduro “hay que revocarlo sin esperar más”, escribió en un artículo de opinión Ramírez, quien se encuentra en el exilio bajo acusaciones de corrupción en su contra por parte del Fiscal General de Venezuela, afín al mandatario.
“Hay que revocarlo, pues no existe posibilidad alguna de enmienda de su gobierno. Son ocho años destruyendo al país y su economía, sumiendo al pueblo en la pobreza, y la desesperanza, arrebatando sus conquistas políticas, económicas y sociales, haciendo un país más injusto y desigual que nunca, destruyendo las instituciones”, expresó el también diplomático venezolano.
Ramírez fue ministro de Petróleo y Minería de Venezuela entre los años 2002 y 2013, cuando Chávez era dignatario nacional, y también fungió como presidente de la empresa estatal Petróleos de Venezuela entre 2004 y 2013.
Representó a Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas y asimismo ante su Consejo de Seguridad desde diciembre de 2014 y 2017. Su renuncia al cargo coincidió con acusaciones en su contra por presunta corrupción en el escándalo de lavado de dinero y sobornos de exfuncionarios del gobierno chavista a través de cuentas en el Banco Privado de Andorra.
Tarek William Saab, fiscal general, anunció en 2017 que un primo de Ramírez lo había incriminado en el caso. En julio pasado, el Tribunal Supremo de Justicia, también afín a Maduro, dio luz verde a una solicitud de extradición a Italia, donde presuntamente reside desde que se conociera el escándalo.
Ramírez fue uno de los principales colaboradores de Chávez y se le atribuye la autoría de un plan petrolero con derivaciones geopolíticas a favor de la llamada revolución bolivariana, conocido como Petrocaribe, que consistía en vender crudo a países del Caribe a bajo coste y con amplias facilidades de pago.
A pesar de sus abiertas críticas a Maduro, no es una figura política que goce de simpatía en la oposición venezolana, que le acusa de corrupto y de ser presuntamente corresponsable de la crisis política y económica del país.
Un "cambio radical"
Algunas fuerzas políticas de oposición promueven abiertamente el referendo revocatorio presidencial como una vía idónea para poner fin al mandato de Maduro el próximo año. A principios de diciembre, un grupo de representantes de ellas acudieron al poder electoral venezolano para entregar un documento donde se subrayan los obstáculos normativos para su eventual convocatoria.
Líderes políticos, como el exgobernador César Pérez Vivas y el dirigente del Movimiento Democracia e Inclusión, Nicmer Evans, integran lo que han denominado el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover).
Según la Constitución venezolana, un número no menor de 20% de los electores del país podrán solicitar un referendo para revocar el mandato de un funcionario electo una vez que haya transcurrido la mitad de su período.
Juan Guaidó, líder opositor reconocido como presidente interino de Venezuela por al menos 50 gobiernos del mundo, ha expresado sus dudas con respecto al revocatorio presidencial por considerar que no hay garantías de transparencia.
Por el contrario, suele insistir en la urgencia de adelantar unas elecciones presidenciales que se realicen de manera justa, libre y transparente. En todo caso, ha dicho, el camino comicial puede y debe definirse en la mesa de negociaciones sobre Venezuela que se inauguró en agosto en Ciudad de México.
En noviembre, tras las votaciones regionales, Guaidó llamó a la oposición a no perder tiempo con el revocatorio y a enfocar sus esfuerzos en reunificarse de cara a otros procesos políticos y electorales. “No queremos mecanismos burocráticos para preguntar si queremos salir o no del dictador”, dijo.
Ramírez, tras acusar en su escrito al presidente venezolano de “desmantelar la institucionalidad”, consideró por su parte que es necesario “un cambio radical” en el país y, por ende, llamó a promover “la salida de Maduro del poder”.
“El revocatorio, además de ser un instrumento constitucional, real y posible (…) es un mecanismo movilizador del pueblo, un instrumento esencial para el ejercicio de la democracia participativa y protagónica chavista”, escribió.
Opinó, sin embargo, que el gobierno de Maduro “intentará evitar, por todos los medios posibles, que el pueblo se pronuncie sobre los destinos del país, sobre su propio futuro, de manera directa, por el voto libre y universal”.
Acusó a su exaliado político de no ser capaz de ganar elección alguna y consideró que un revocatorio lo obligaría a enfrentarse a una evaluación de su propia gestión. “Así, desnudo, él solito, se enfrentará al electorado, quien medirá su gestión, su aprobación o rechazo como presidente del país”, acotó.
Estimó que el referendo revocatorio sería una buena alternativa para evitar que Maduro divida los votos de la oposición o cree “candidatos artificiales”.
Según sus promotores actuales entre la oposición al gobierno de Maduro, el referendo revocatorio presidencial en Venezuela podría solicitarse tan temprano como en enero de 2022 y realizarse apenas dos o tres meses luego.
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