Cientos de vuelos se vieron obligados a permanecer nuevamente en tierra en los aeropuertos del norte de Europa debido a la severa ola invernal que ha cubierto de nieve a varios países y tiene tiritando de frío a millones de personas en buena parte del viejo continente.
Las gélidas temperaturas, la acumulación de nieve y los retrasos en los itinerarios originados el fin de semana, provocaron la cancelación el lunes de unos 3.000 vuelos y el martes de otros mil, y no existe certeza de que el resto de la semana la situación pueda mejorar.
Según Eurocontrol, entidad encargada del control aéreo en un continente en el que a diario hay unos 26 mil vuelos, los aeropuertos de Frankfurt, en Alemania y el de Gatwick, en Londres, lograron reabrir luego de haber estado paralizados durante varias horas a causa de las nevadas.
Otros con mejor suerte han sido los de Orly y Charles de Gaulle, en París, y el londinense Heathrow que no han llegado a cerrar pero sí sufrido considerables retrasos, en tanto que el de Dublín (Irlanda) tuvo que suspender sus operaciones debido a la cruda ola invernal.
El Ministerio francés del Interior envío al aeropuerto Charles de Gaulle 300 colchones y 2 mil 500 mantas para las personas que se vieron obligadas a pasar la noche en la terminal.
Lo peor es que los pronósticos del tiempo siguen hablando de más nieve, y han dado poco consuelo a miles de pasajeros que han tenido prácticamente que acampar en los aeropuertos.
La aerolínea británica British Airways informó que preveía "un número significativo de cancelaciones" a sus servicios de corto recorrido desde su principal aeropuerto, el de Heathrow.
"Las condiciones meteorológicas extremas siguen causando perturbaciones significativas a nuestras operaciones y lo harán en los días previos a la Navidad", advirtió un comunicado de la compañía aérea.
Eurocontrol aseguró que las condiciones en Bruselas mejoraron ligeramente después que la víspera el aeropuerto de la capital belga dejó de funcionar a causa de la escasez de anticongelante, lo que impidió el despegue de los aviones.
En Alemania la situación es especialmente dramática porque más de 40 centímetros acumulados de nieve no sólo han originado el caos aéreo sino también agudizado los problemas de suministro y el cierre de carreteras a vehículos pesados.