En un terreno arenoso en la ciudad de Delray Beach, Florida, siete adolescentes martillan y clavan sus palas bajo el sol ardiente del mediodía. Los estudiantes de Atlantic High son miembros de un grupo en su escuela dedicado a construir casas para familias de bajos ingresos en un terreno donado por la ciudad.
El programa está abierto a niños y niñas del noveno al doceavo grado. Estudian como elaborar, diseñar y construir, y luego aplican esas habilidades para la construcción de las casas.
“Ellos aprenden de la A a la Z, luego eligen qué les gusta más y se especializan en eso”, dijo Amanda Orndorff, que coordina el programa.
Después de aprender los conceptos básicos de seguridad y los fundamentos de diseño y construcción de la mano de su profesor, Tim Sachse, los estudiantes interesados en construir van con él a trabajar en el terreno donado.
“El programa funciona por pasos”, dijo Sachse, un ingeniero. “La construcción no siempre se trata de martillar cosas juntas. Se trata de solucionar muchos problemas en el camino, y eso es probablemente una de esas cosas que no se pueden escribir en un libro de texto”.
Cerca de 25 estudiantes actualmente trabajan en una casa de tres dormitorios y dos baños. De diez a quince estudiantes trabajan en el terreno. Mientras están en el trabajo deben usar cascos, gafas de seguridad y botas.
Daniel Norzea dijo que él y sus colegas comenzaron esta casa a fines de octubre, y la construyeron literalmente desde cero.
“Era un terreno lleno de hierba, así que tuvimos que quitar la hierba y nivelar (el terreno). Ahora terminamos con las tuberías”, contó.
Contratistas locales donan materiales y servicios para el programa. Un arquitecto de la zona aprobó el plan definitivo para la casa, guiado por las opiniones de los estudiantes durante el proceso de diseño.
Cerca de 200 estudiantes han pasado por este innovador programa desde que se inició hace cinco años. Esta es la segunda casa que los estudiantes han construido, pero esta vez la están construyendo de acuerdo a normas ecológicas. Muchos de los materiales son reciclados.
Amanda Orndorff dijo que las consideraciones ambientales son nuevas para muchos niños. “Están aprendiendo los conceptos en el aula y luego aplicándolos en la obra”, contó.
Se espera que la casa esté pronta y lista para que la familia se mude en la primera mitad de 2012.