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¿Deben guardar silencio los líderes militares ante las protestas?


Miembros de las Fuerzas Armadas de EEUU llegan en autobuses privados a los alrededores de la Casa Blanca, el 5 de junio de 2020.
Miembros de las Fuerzas Armadas de EEUU llegan en autobuses privados a los alrededores de la Casa Blanca, el 5 de junio de 2020.

Mientras el gobierno del presidente Donald Trump presiona por reforzar las fuerzas del orden durante las protestas, líderes militares piden escuchar las reinvindicaciones de los manifestantes.

Dentro y fuera del Pentágono, el descontento de la comunidad militar con las políticas y el discurso del presidente Donald Trump salió a la luz esta semana, con varias voces, incluyendo la del propio secretario de Defensa, criticando la manera en la que el gobierno está abordando la oleada de protestas en todos los estados en rechazo a la violencia policial.

La polémica emana principalmente de las declaraciones del presidente Trump el lunes, en las que amenazó con desplegar tropas militares dentro del país —lo que implicaría invocar la Ley de Insurrección de 1807— si los gobernadores no logran controlar lo que llamó “actos de terrorismo doméstico”.

Escenas de saqueos, quema de vehículos y edificios se han visto en Minneapolis, Washington D.C. y Nueva York; sin embargo, a la par también se han visto numerosos incidentes de violencia por parte de la policía contra civiles -e incluso periodistas- en protestas pacíficas.

Los líderes y exjefes militares que han alzado su voz en contra de las actuar del presidente, coinciden en dos puntos: el país no está en una situación extrema que justifique aumentar la presencia militar; y se debe trabajar por lograr un sistema más justo ante los reclamos de los civiles que están saliendo a las calles.

El jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el general Dave Goldfein, aseguró que todos los estadounidenses deberían “estar furiosos” por la conducta de la policía en Minneapolis, que llevó a la muerte de un hombre afroamericano, George Floyd, encendiendo la llama de las protestas en la ciudad.

Por su parte, el secretario de Defensa dijo estar en contra de desplegar las fuerzas militares, argumentado que no se está viviendo una situación “urgente” y señalando que existe un “claro tono político” en como se están abordando las manifestaciones.

Más duro aún fue su predecesor en el cargo, el general retirado James Mattis, quien abandonó la jefatura del Pentágono en diciembre de 2017, al recordar en declaraciones a The Atlantic que todos los militares estadounidenses juran "defender la Constitución".

"Nunca imaginé que tropas que hicieron ese mismo juramento podrían, bajo ninguna circunstancia, recibir órdenes para violar los derechos constitucionales de sus conciudadanos —lamentó— y mucho menos para facilitar un posado fotográfico para el comandante en jefe electo, con los líderes militares a su lado".

Para Stephen Pomper, analista de la ONG Crisis Group, las voces de descontento en la comunidad militar viene desde una reflexión sobre los valores constitucionales, en un momento en el que se está denunciando la discriminación contra las minorías, especialmente hacia los afroestadounidenses.

“Creo que muchos dentro del ejército están motivados por un sentido de misión (…), de que están ahí para defender una constitución que tiene en su núcleo el derecho a protestar pacíficamente”, dijo a la Voz de América.

Ese sentido de misión se ve cuestionado en las manifestaciones, donde uno de los cantos hacia las fuerzas del orden es “¿a quién sirven?, ¿a quién protegen?”.

“Ellos saben que el ejército de EE.UU. está entrenado para lidiar con situaciones de conflicto, y esa no es necesariamente una herramienta que uno usaría para lidiar con una protesta pacífica o, incluso, con agitadores”, señaló el analista.

La visión desde la administración, no obstante, va enfocada a lo contrario: las protestas no son pacíficas, se están viendo infiltradas por grupos terroristas -como ANTIFA- y es necesario, como tuiteó el presidente Trump, reestablecer la “ley y el orden”.

“Los falsos manifestantes cerca al parque Lafayette no eran pacíficos y no eran reales. Son terroristas usando estudiantes ociosos llenos de odio para quemar y destruir”, escribió el exabogado del presidente, John Dowd, en una carta que Trump tuiteó el jueves.

El exmilitar y analista Jim Hanson, presidente del centro de pensamiento Security Studies Group, considera que aunque es una acción extrema, invocar la Ley de Insurrección no es inadecuado porque se ha llegado "a un sitio extremo con estos disturbios que no parecen parar”.

Hanson también criticó la inconformidad expresadas por los líderes militares, asegurando que el ejército “no puede actuar separadamente del presidente”.

“No pueden estar en desacuerdo públicamente con el presidente o intentar obstruir sus políticas (…), es su trabajo seguir todas las órdenes legales”, sentenció Hanson.

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