El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó este lunes a los demócratas de incitar "la violencia política de la izquierda" en las distintas ciudades que desde hace semanas han sido escenario de protestas en favor de la igualdad racial.
"Quiero compartir una actualización sobre la violencia política de la izquierda", comenzó diciendo el mandatario durante una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca. "La violencia está avivada por el peligroso discurso de políticos de extrema izquierda que demonizan nuestra nación y demonizan a nuestra policía".
Trump contestó así al candidato demócrata de cara a las elecciones del 3 de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden, quien horas antes acusó al presidente de azuzar el "caos" y la "violencia" por intereses políticos.
Estados Unidos ha sido testigo en los últimos meses de una oleada de protestas que se iniciaron a raíz de la muerte, el pasado 25 de mayo, del afroestadounidense George Floyd, cuando se encontraba bajo custodia policial y que se reavivaron la semana pasada después de que agentes de la policía dispararan siete veces por la espalda a Jacob Blake, también afrodescendiente.
"No son protestas pacíficas, es anarquía", sostuvo Trump, quien agregó que estas protestas son "el resultado del adoctrinamiento de la izquierda" en los centros de enseñanza estadounidense. "Muchos jóvenes estadounidenses han sido nutridos con mentiras sobre que EE.UU. es un país malvado".
Además, de actos de vandalismo, en los últimos días se han registrado tres muertes durante estas protestas. Dos de ellas se produjeron en Kenosha, la ciudad donde Blake fue baleado, después de que el adolescente Kyle Rittenhouse disparara contra los manifestantes; la tercera se produjo el pasado fin de semana en Portland, adonde acudieron miembros del grupo de extrema derecha Patriot Prayer, que dispararon bolas de pintura y echaron gas pimienta sobre los manifestantes.
El mandatario acusó a Biden, quién este lunes condenó con vehemencia los actos de violencia, de no hacer mención a los grupos de izquierda involucrados en las manifestaciones, si bien él evitó hacer lo propio con sus seguidores que el pasado fin de semana acudieron a Portland desde otras ciudades para hacer frente a los manifestantes.
"La pintura es un mecanismo de defensa, no son balas", dijo Trump en referencia al contramanifestante abatido en Portland. En cuanto a Rittenhouse, a quien se pudo ver sentado en primera fila en un mitin de Trump en enero y que ya se encuentra bajo arresto, el presidente subrayó que la investigación aún está en marcha, pero consideró que si abrió fuego debió ser porque "se hallaba en grandes problemas".
"Probablemente podrían haberle matado", dijo al referirse al joven de 17 años.
Por último, Trump confirmó que planea viajar a Kenosha el martes, a pesar de que las autoridades locales le han pedido que no lo haga al considerar que puede agravar la situación.
“Tengo que ver a la gente que hizo un trabajo tan bueno por mí”, justificó el presidente, quien, además, anunció que no se reunirá con la familia de Blake a pesar de estar en la ciudad. "Querían hablar, pero querían involucrar a abogados, y me pareció que eso era inapropiado", señaló.
La pandemia en EE.UU.
Trump también abordó el avance del nuevo coronavirus en Estados Unidos, que, según dijo, se ha ralentizado con una caída de nuevos casos cercana al 40%.
"El número de nuevos casos en EE.UU. ha caído un 38%", dijo el mandatario durante una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca.
Estados Unidos tiene 6.021.465 casos confirmados de COVID-19 y ha registrado 183.399 muertes desde el comienzo de la pandemia, según datos de la universidad Johns Hopkins. En los últimos veinte días, el país ha registrado un promedio de más de mil óbitos al día.
Trump detalló que la Administración se está centrando en cuidar de la población "más vulnerable", especialmente aquella que vive en residencias de ancianos, en las que la COVID-19 se ha ensañado desde el comienzo de la pandemia.