El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajó el sábado hacia zonas impactadas esta semana por el huracán Laura, con la intención de supervisar los daños ocasionados por el meteoro en Texas y Luisiana.
Laura, que arremetió con la velocidad máxima del viento de 150 millas por hora (241 kilómetros por hora), ha sido descrito como uno de los huracanes más feroces que han azotado a Estados Unidos.
La tormenta categoría 4 golpeó la costa estadounidense del Golfo de México, mató por lo menos a 14 personas y provocó caos debido a los fuertes vientos e inundaciones.
Aunque la marejada ciclónica había retrocedido y los esfuerzos de limpieza habían comenzado, cientos de miles de personas siguen sin electricidad o agua, y podrían pasar semanas o meses así mientras se alarga el caluroso verano.
El vocero de la Casa Blanca, Judd Deere, dijo que Trump viajaba “para estar con aquellos que han sido impactados por el huracán Laura”. Se anticipa que evaluará el daño de la tormenta y recibirá información de los operativos de emergencia y actuales esfuerzos de apoyo.
El sábado Trump llegó a Lake Charles, en Luisiana, donde visitó un almacén donde se organizan suministros para su distribución a los necesitados. Trump también fue a un vecindario devastado donde se habían caído árboles y líneas eléctricas, dañando casas.
El pasado jueves Trump visitó la sede de la Administración Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). El secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Chad Wolf, le explicó a Trump que la situación en el terreno "es fluida y desafiante", pero que el FEMA estaba respondiendo a la llamada.
En Luisiana se registraron la mayor parte de los daños. En este estado la tormenta azotó especialmente a Lake Charles, una ciudad industrial y con casinos, de 80.000 habitantes.
Trump había dicho a la prensa que estuvo considerado posponer hasta el lunes su discurso de aceptación de la candidatura de su partido para un segundo término porque se avecinaba la tormenta. No obstante, el evento se concretó el pasado jueves, en lo que fue el último día de la Convención Nacional Republicana, de cara a las elecciones de noviembre.
“Iba a Texas. Iba a Luisiana, quizás a Arkansas”, dijo. “Pero ahora, resultó, tuvimos un poco de suerte. Fue muy grande, fue muy poderosa, pero pasó rápidamente”, dijo entonces Trump.