El presidente Donald Trump criticó el domingo un muro fronterizo construido por particulares en el sur de Texas que muestra signos de erosión a meses de ser erigido y que fue financiado por sus simpatizantes, alegando que “solo se hizo para hacerme quedar mal”.
La organización We Build the Wall (Nosotros Construimos el Muro) comenzó su campaña en diciembre de 2018 y ha recabado desde entonces 25 millones de dólares, mientras se promociona también como un grupo que respalda al mandatario republicano.
El antiguo estratega de Trump, Steve Bannon, es parte de la junta del grupo y el aliado del mandatario, Kris Kobach, es su asesor general.
La compañía que construyó dicho tramo en enero, Fisher Industries, con sede en Dakota del Norte, ganó un contrato de 1.300 millones del gobierno federal para construir el muro fronterizo, la mayor concesión hasta la fecha.
La sección en cuestión es una valla de unos 5 kilómetros (3 millas) de postes de acero a solo 10 metros (35 pies) del río Grande o Bravo, que forma la frontera entre Estados Unidos y México en Texas.
Trump tuiteó el domingo en respuesta a un informe de ProPublica-Texas Tribune de que la orilla del río ha comenzado a erosionarse.
“No estaba de acuerdo con hacer esta sección muy pequeña del muro, en un área difícil, por un grupo privado que recaudaba dinero con anuncios”, escribió Trump. “Solo se hizo para hacerme quedar mal, y tal vez ahora ni siquiera funciona. Debería haber sido construido como el resto del Muro, más de 500 millas”.
Tommy Fisher, director general de Fisher Industries, dijo el domingo que el presidente “simplemente recibió información errónea” y que tenía “respeto total” por Trump.
Fisher reconoció que ha habido cierta erosión en el terreno frente a la valla causada por la lluvia y el flujo natural del río, pero que otras partes están intactas.
“El muro se mantendrá durante 150 años, recuerda mis palabras”, dijo Fisher.
Los expertos y las personas que viven y trabajan cerca de la propiedad han advertido que construir tan cerca del río provocará inundaciones o una ruptura en la cerca. Además, una comisión binacional descubrió a principios de este año que el proyecto viola obligaciones internacionales de Estados Unidos y le solicitó a la empresa realizar cambios.
Otro contrato de 400 millones de dólares que Fisher Industries ganó el año pasado lo está revisando el inspector general del Departamento de Defensa.