En su primer gran evento desde su investidura en enero, el presidente Joe Biden organizó una fiesta en la Casa Blanca para celebrar el feriado del Día de la Independencia el 4 de julio.
"Estados Unidos está volviendo a estar junto", dijo Biden. "Hoy, estamos más cerca que nunca de declarar nuestra independencia de un virus mortal".
La Casa Blanca estuvo abierta el domingo a cientos de invitados que degustaron hamburguesas y otros platos.
Entre los invitados se encontraban trabajadores esenciales que ayudaron con la respuesta a la pandemia de COVID-19, así como familias de militares.
En sus declaraciones a sus invitados el domingo, Biden alentó a quienes aún no se han vacunado contra el coronavirus a que lo hagan.
“Mis conciudadanos, es lo más patriótico que pueden hacer”, dijo.
La administración se había fijado la meta de vacunar al 70% de los adultos estadounidenses antes de la festividad. La nación se acercó: alrededor del 67% ha tenido al menos una oportunidad.
El domingo también marcó una de las primeras veces que se eliminó la cerca, que se había erigido alrededor de la Casa Blanca durante las protestas contra la violencia policial en 2020 y tras el asalto del 6 de enero al Capitolio. Los visitantes pudieron el domingo caminar hasta la cerca del jardín norte frente a la Casa Blanca.
Aunque el evento es el más grande desde que Biden asumió el cargo en enero, las multitudes son mucho más pequeñas que los eventos del Día de la Independencia de la Casa Blanca en años anteriores.
Con fuegos artificiales y reuniones, los estadounidenses celebraron este año el 245 ° Día de la Independencia de su país con una sensación de renovación a medida que los nuevos casos de COVID-19 continuaron disminuyendo, pero también con el recordatorio de que más de 600.000 personas murieron a causa de la enfermedad.
[Con información adicional de Reuters]
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