La pandemia del coronavirus alcanzó otra cruda marca. Un conteo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins difundido el domingo señaló que hay 10 millones de casos confirmados de coronavirus en todo el mundo y 500.108 muertes relacionadas con la pandemia a nivel mundial.
Una de cada cuatro de esas muertes -más de 125.000- han ocurrido en Estados Unidos. Le sigue Brasil con más de 57.000 decesos.
El número de casos de coronavirus en EE.UU. ha aumentado considerablemente en los últimos días, particularmente en estados del sur como Florida, Texas y Arizona, que están separados por cientos de kilómetros.
“El COVID-19 ha dado un giro rápido y peligroso en Texas en apenas unas cuántas semanas”, señaló el gobernador Greg Abbott, quien permitió la reapertura de algunos negocios a inicios de mayo, pero el viernes ordenó el cierre de bares y la operación de restaurantes con capacidad reducida ante un repunte de contagios.
En California, el gobernador Gavin Newsom dio marcha atrás a la reapertura de bares en siete condados, incluyendo el de Los Ángeles. Ordenó su cierre inmediato e instó a otros ocho condados a emitir órdenes sanitarias locales para cerrar ese tipo de establecimientos.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, culpó el domingo a los jóvenes por el fuerte aumento en los últimos días del número de casos confirmados en el país, diciendo que ignoran las precauciones para evitar la propagación del coronavirus.
Pence, en una entrevista en el programa "Face the Nation" de CBS, dijo que es "indiscutible" que el aumento de las pruebas en EE.UU., con 500.000 por día, ha llevado a la confirmación de más personas con infecciones por coronavirus. Pero dijo que "los estadounidenses más jóvenes se han congregado de maneras que pueden haber ignorado la orientación que dimos a nivel federal para todas las fases de reapertura de negocios".
Pence canceló los viajes políticos la próxima semana a Florida y Arizona por precaución debido al aumento en el número de casos en los dos estados.
El vicepresidente dijo que Estados Unidos está mejor equipado médicamente para manejar la hospitalización de más pacientes con coronavirus que a principios de año. Pero indicó que el presidente Donald Trump y él apoyan las medidas tomadas por los gobernadores en Florida y Texas para cerrar nuevamente los bares y evitar que las personas se reúnan allí, hombro con hombro, mientras ignoran las frecuentes advertencias de los expertos en salud para usar máscaras y distanciarse socialmente entre ellos.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, le dijo a CNN que las circunstancias únicas de Trump son una razón por la que no usa una máscara. Explicó que Trump es examinado regularmente para detectar coronavirus y que, como líder del mundo libre, se encuentra en "circunstancias muy diferentes que el resto de nosotros". Azar instó a los estadounidenses a tomar precauciones para la "salud pública".