El Senado de Estados Unidos abrió el sábado una sesión inusual de fin de semana en un intento de los republicanos de apresurarse a colocar a la jueza Amy Coney Barrett en la Corte Suprema y sellar una mayoría conservadora antes de las elecciones, a pesar de los esfuerzos demócratas por bloquear a la nominada por el presidente Donald Trump.
Los demócratas están preparados para montar más obstáculos procesales que consumen tiempo, pero el partido no tiene ninguna posibilidad realista de detener el avance de Barrett en la cámara controlada por los republicanos. Se espera que Barrett, una jueza federal en una corte de apelaciones, sea confirmada el lunes y se una rápidamente al máximo tribunal de Estados Unidos.
El líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, subrayó la atmósfera de división política, pero defendió la forma en que se ha manejado el proceso.
“Nuestros debates recientes han sido acalorados, pero curiosamente apenas se habla de las credenciales o calificaciones reales de la jueza Barrett”, dijo McConnell, a quien calificó de una de las nominadas más “impresionantes” para cargos públicos “en una generación”.
El proceso de confirmación por la vía rápida es como ningún otro en la historia de Estados Unidos, tan cerca de la elección presidencial, que se celebra el martes 3 de noviembre. Los demócratas han llamado el proceso una “farsa” y han insistido en que sea el ganador de las elecciones presidenciales quien nombre al candidato para llenar la vacante dejada por la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg.
El líder de los demócratas Chuck Schumer advirtió a los republicanos que la única forma de eliminar la “mancha” de su acción sería “retirar la nominación de Amy Coney Barrett hasta después de las elecciones”.
En medio de un aumento de casos de COVID-19, se esperaba que los demócratas forzaran una serie de votaciones a lo largo del sábado sobre un proyecto de legislación para alivio social por la pandemia del coronavirus, incluida la Ley de Héroes aprobada por la Cámara de Representantes, que busca inyectar fondos a escuelas, hospitales y otros tipos de ayuda, como prestaciones por desempleo.