La electricidad ya comenzó a regresar a millones de residentes de Texas, pero la crisis provocada por las tormentas invernales de los últimos días no ha terminado, porque muchos carecen de agua potable y problemas para adquirir alimentos en los supermercados.
Alrededor de 185.000 hogares y comercios permanecían este viernes sin servicio eléctrico en Texas, pero las autoridades dijeron que algunos apagones temporales eran aún posibles en la medida que se restauraba la red de distribución.
Más de tres millones de personas quedaron sin electricidad en Texas esta semana cuando la red colapsó por el intenso frío que congeló oleoductos, gasoductos y molinos generadores de energía eólica.
Con temperaturas de hasta menos 8 grados centígrados, los residentes del segundo mayor estado de EE.UU. se quedaron sin energía para calentarse y muchos tuvieron que dormir en sus vehículos para acceder a la calefacción.
La temperatura promedio en Texas en esta época es de alrededor de 13 grados centígrados, sobre cero.
Las tormentas dejaron también a más de 335.000 personas sin electricidad desde Virginia hasta Luisiana.
Ahora el problema en Texas es el agua, ausente en muchos hogares, y probablemente contaminada. Las autoridades advirtieron a la población que hiervan el líquido mientras luchan para restablecer el servicio.
La presión de agua descendió cuando muchas personas dejaron los grifos abiertos para prevenir que las tuberías se congelaran. El gobernador de Texas, Gregg Abbott, recomendó a los residentes a cerrar los grifos para impedir más tuberías rotas y preservar los sistemas de presión municipales.
También hay problemas con el acceso a los alimentos. Muchos supermercados se vieron obligados a cerrar debido a los apagones y algunos incluso tuvieron que echar a la basura alimentos en mal estado. Al reabrir, sus estantes están vacíos y los camiones de suministro están pasando trabajo para llegar hasta ellos debido a la acumulación de nieve y hielo en las calles y autopistas.
Las líneas de personas en los supermercados son enormes, a la espera de poder conseguir alimentos básicos como leche, pan y agua embotellada, bajo temperaturas de congelación.
Las tormentas se han desplazado hacia los estados de la costa del Atlántico de EE.UU., donde están más preparados para hacer frente a las inclemencias del invierno.
Más del 71% de los estados contiguos de Estados Unidos está cubierto de nieve y al menos 57 personas han muerto por causas relacionadas a las tormentas de nieve.