Enlaces para accesibilidad

¿Cómo funciona el proceso de transición de presidentes en EE.UU.?


Existen $9,9 millones de dólares asignados para el proceso de transición de gobierno, una vez el ganador es confirmado por el Congreso y el Colegio Electoral.
Existen $9,9 millones de dólares asignados para el proceso de transición de gobierno, una vez el ganador es confirmado por el Congreso y el Colegio Electoral.

Tras confirmarse que el demócrata Joe Biden se proyecta como presidente electo de Estados Unidos, se está a puertas de que se abra un período denominado “fase de transición” en el que ambos poderes, el entrante y el saliente, trazan las bases para poder hacer el cambio de gobierno en las mejores condiciones y garantías. Algo que todavía no ha ocurrido.

Ahora que Joe Biden se proyecta como presidente electo de Estados Unidos se está a puertas de abrirse un proceso clave para la transición de poder, un tiempo que dura dos meses y medio antes de que un presidente electo sea investido oficialmente como presidente de Estados Unidos. Antes, el presidente electo, tiene que ser confirmado por el Congreso y recibir el visto bueno del Colegio Electoral, actos que todavía no se han producido.

El Grupo de Trabajo Nacional sobre Crisis Electorales, con base en Washington, abordó los mecanismos clave que se deben poner en marcha con el objetivo de que el proceso sea un éxito.

La codirectora del Centro Floersheimer para la Democracia Constitucional, Kate Shaw, explicó que hace varias décadas “el proceso de transición se hacía de manera informal”, sin que prácticamente existiera una hoja de ruta para llevarlo a cabo. Pero, con el paso del tiempo, este proceso “se ha hecho cada vez más formal” y la legislación vigente permite que el presidente electo pueda tener “personal a su disposición, así como un espacio de trabajo”, para facilitar el empalme entre el gobierno saliente y el entrante.

Para este fin, también se contempla una partida presupuestaria. Ahora mismo hay $9,9 millones de dólares asignados para este proceso, según dio a conocer Shaw. Sin embargo, en el proceso actual, el dinero quedó congelado tras las demandas judiciales interpuestas por Donald Trump, a la espera de lo que decidan las cortes. El mandatario ha solicitado un nuevo conteo en algunos estados, y que no sean contabilizadas las boletas que llegaron por correo.

“Estamos en un limbo [legal]. Los fondos federales no han sido otorgados para que se produzca esta transición”, apuntó Shaw durante su intervención.

Está previsto que el 20 de enero de 2021 tenga lugar la toma de posesión del nuevo presidente, pero hay "muchas incógnitas sobre cómo se realizará la transición del poder, teniendo en cuenta las alegaciones mencionadas anteriormente", dijo la abogada y presidenta de la Conferencia de Liderazgo de Derechos Humanos y Civiles, Vanita Gupta, quien además recordó que "hay fechas que se tienen que cumplir”.

¿Qué pasa si funcionarios o el presidente de turno no abandonan la Casa Blanca después de esa fecha? Gupta da la clave con base en la legislación vigente en Estados Unidos: “El Servicio Secreto tendrá que remover a cualquier persona que no forme parte de la nueva administración”.

El politólogo Norman Ornstein, experto en transiciones de poder en el gobierno de Estados Unidos, recordó que los presidentes salientes, en este caso Donald Trump, aún tiene el poder “durante dos meses y medio más”.

“A diferencia de otras democracias, hay un tiempo extraordinario que transcurre entre una elección y la transferencia real del poder. Los sistemas parlamentarios hacen el cambio de la noche a la mañana, nosotros tardamos dos meses y medio. Ese período deja al presidente saliente a cargo, con todos sus poderes, mientras que el presidente electo ganador se prepara para asumir el cargo”, agregó.

“Un proceso complicado”

Según Ornstein, este es “un proceso complicado” en el que la nueva administración designa equipos de expertos y funcionarios para cada agencia, departamento y oficina, con una misión: hablar con los funcionarios salientes para hacer un empalme que permita la transición entre la administración saliente y entrante.

El objetivo es abordar “el historial de políticas, tomar posesión de documentos clave para saber qué es lo que ha hecho la agencia en cuestión y planificar una nueva agenda con un nuevo equipo”, explicaba el propio Ornstein en un artículo publicado en el diario USA Today.

“Existen leyes sobre transiciones presidenciales que brindan cierta protección para una administración entrante, incluida la provisión de espacio de oficina y apoyo, y acceso a agencias”, apuntaba.

Síganos en redes sociales

XS
SM
MD
LG