El inicio a fines de la pasada semana del proceso de entrada de las primeras 25 personas bajo el Protocolo de Protección de migrantes a El Paso, Texas, ha sido una esperanza para los que continúan en México, donde han permanecido en virtud de un derogado programa de la era del expresidente Donald Trump.
El viernes, el primer grupo fue recibido del lado estadounidense de la frontera con México. Del otro lado aguardan miles de inmigrantes.
“Para ellos era un día muy importante, es muy histórico, pero también no se dieron cuenta que es un día histórico para nuestro país, el día de hoy (viernes), que poco a poco estamos restaurando el asilo en los Estados Unidos”, explicó Linda Rivas, abogada del Centro de apoyo al Migrante Las Américas, durante una improvisada conferencia de prensa en el exterior del puerto de ingreso de migración del Departamento de Seguridad Nacional.
El Paso, Texas, es el tercer punto a lo largo de frontera sur de Estados Unidos en procesar a estas personas, algunos de los cuales han pasado más de dos años aguardando porque sus casos de petición de asilo sean llevados a las cortes estadounidenses.
Según cifras de las Naciones Unidas, existen unas 26.000 personas con casos activos en el sistema.
En Ciudad Juárez, en una zona central del área metropolitana, se ha establecido el centro de proceso de la Agencia para Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). El objetivo es proteger a los inmigrantes que buscan asilo en Estados Unidos.
En un estacionamiento han sido instaladas carpas blancas, en las cuales los representantes de la ONU verifican la información de cada una de las personas. También se realizan prueba de COVID-19, de lunes a viernes. El lugar ha sido adaptado para cumplir con el aislamiento por 10 días de los que resulten positivo. Todo ello, como parte del plan implementado por Estados Unidos, que bajo la presidencia de Joe Biden, le puso fin al programa conocido como “Quédate en México”.
Sin embargo, el proceso y la comunicación con los solicitantes elegibles continúa teniendo problemas.
La Voz de América ha seguido el caso del cubano Mikel Aties Riviaux, quien a pesar de haber sido notificado en un correo electrónico de que recibiría una llamada el viernes 26 de febrero, hasta la mañana de este lunes 1 de marzo aún no había sido contactado, lo que le ha generado ansiedad.
“Nada aún, pero con calma y tranquilidad, confío en ACNUR y las demás organizaciones que están haciendo un excelente trabajo y tengo total confianza”, dijo.
Sin embargo, inmigrantes consultados mostraron incertidumbre debido a los problemas que han encontrado para usar los número de WhatsApp publicados por la ONU para apoyar a los solicitantes que aún no tienen claro cuando podrían cruzar a Estados Unidos.
“No sé si lo van a hacer por medio de una llamada, no sé cómo lo van a hacer, pero por el bien de los que estamos en la frontera lo harán”, agregó Aties Riviaux.
La misma esperanza mantiene una venezolana, quien prefirió no ser identificada. Es la líder de un familia que llegó a la frontera después que dos de sus hijos lograran entrar a Estados Unidos bajo el Protocolo de Protección a Migrantes y quien esperaba en Monterrey su cita para corte en abril. Sin embargo tras el anuncio de la administración Biden, ella y su familia no ven la hora de que pueda finalmente reencontrase con sus hijos y presentar su caso ante las autoridades estadounidenses.
Menores no acompañados
Durante la pandemia de coronavirus, Estados Unidos ha restringido la entrada de inmigrantes bajo el Título 42, aún así la administración del presidente Joe Biden aprobó una excepción que impide que los menores no acompañados sean regresados a México o a sus países de origen.
“Muchos de los niños que están llegando a la frontera, sin sus papás, están llegando específicamente por la culpa del Título 42, muchos de ellos no son niños que no quieran estar con su familia, de hecho son los mismos padres quienes están tomando una decisión terrible, de decir que 'es mejor separarme de mis hijos y mandarlos solos para salvar sus vidas'” aseguró a la Voz de América la abogada de inmigración, Taylor Levi.
De acuerdo a las cifras más recientes del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la Patrulla Fronteriza (CBP) ha registrado a 19.719 menores no acompañados en lo que va del año fiscal, que comenzó en octubre de 2020. Desde entonces se ha notado un aumento significativo. En diciembre unos 4.855 menores no acompañados fueron encontrados por CBP mientras en enero, el último mes reportado, se registraron 5.707 niños y adolescentes que cruzaron la frontera sin un familiar.
“Es una decisión que no queremos que ningún mamá o papá tenga que tomar, pero cuando no hay ninguna otra manera de pedir asilo, cuando no hay ninguna otra opción eso para muchas familias parece como la única opción que se puede hacer, que se van a morir o lo van a separar. Y esas son familias separadas también”, afirmó.
Las autoridades estadounidenses han citado la pandemia de coronavirus como una de las principales razones para mantener las medidas de emergencia que limita la entrada de extranjeros a Estados Unidos.
Sin embargo la Directora Ejecutiva de Servicios diocesanos para Migrantes y Refugiados, Melissa López, afirmó: “Eso es una cosa que está ahorita en las cortes, el título 42. Y estamos esperando que las cortes hagan lo justo y lo necesario, y que cancelen ese programa para que no nada más estos migrantes que han sufrido bajo MPP, pero también todos los migrantes que vienen pidiendo asilo, que tengan la oportunidad”.
La llegada de un gran número de menores llevó a la apertura de un centro de alojamiento y proceso en Carrizo Springs, Texas, donde el Departamento de Salud y Servicios Humanos atiende a los menores no acompañados, espacio donde según las autoridades se mantienen medidas de bioseguridad debido a la pandemia.
Así mismo el diario Miami Herald reportó que se esta analizando la reapertura de un centro similar para menores, usado durante la administración Trump, en Homestead, Florida. El uso de estos centros ha generado críticas, entre ellas la congresista demócrata por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, quien en su cuenta de twitter publicó: "Esto no está bien, nunca ha estado bien, nunca estará bien, sin importar la administración o el partido".