La Primera Dama de Estados Unidos,Melania Trump, dijo el lunes sentirse “decepcionada y desanimada” por el ataque al Capitolio por parte de centenares de simpatizantes de su esposo que buscaban revertir su derrota para la reelección, pero también dijo que fue “vergonzoso” que ella haya sido objeto de lo que caracterizó como “chismes” y “ataques personales injustificados”.
En un comunicado de la Casa Blanca, la primera dama expresó su tristeza por la muerte de seis personas vinculadas al caos del miércoles pasado en el Capitolio, incluyendo el policía del Capitolio, Brian Sicknick, y un segundo oficial Howard Liebengood, quien respondió al caos en el Capitolio, pero cometió suicidio durante el fin de semana mientras estaba fuera de turno.
“Nuestra nación debe sanar en una forma civilizada”, dijo Melania Trump. “No se equivoquen, yo condeno absolutamente la violencia que ha ocurrido en el Capitolio de nuestra capital. La violencia nunca es aceptable”.
Agregó que “le ruego a la gente que detengan la violencia, nunca hagan conjeturas en base al color de la piel de una persona o usen las diferencias de ideologías políticas como la base para una agresión o crueldad. Debemos escucharnos unos a otros, enfocarnos en lo que nos une y alzarnos por encima de los que nos divide”.
El presidente Donald Trump urgió a miles de sus simpatizantes a marchar hacia el Capitolio durante una manifestación el 6 de enero cerca de la Casa Blanca, donde, tal como había hecho durante semanas, reiteró acusaciones sin fundamento de que se le robó su reelección.
Horas después, cuando sus simpatizantes atacaron el Capitolio, les pidió que se “fueran a casa”, pero también les dijo “los amamos, ustedes son muy especiales”.
En las primeras horas del 7 de enero, luego que la policía restaurara el orden en el Capitolio, los legisladores certificaron la victoria en el Colegio Electoral del demócrata Joe Biden, quien está previsto a ser juramentado como el presidente 46 en unos nueve días.
La Primera Dama también rechazó el lunes a quienes cuestionaron su silencio hasta ahora sobre la violencia en el Capitolio.
“Me parece vergonzoso que haya habido chismes, ataques personales injustificados y acusaciones falsas y tendenciosas sobre mi persona, de gente que está buscando cómo ser relevante y que tiene una agenda”, dijo la primera dama. “Este tiempo es sólamente para sanar a nuestro país y a sus ciudadanos. No debería usarse para ganancias personales”.
Podría haber estado dirigiendo sus comentarios, al menos parcialmente, hacia Stephanie Wolkoff, una exasesora y amiga quien escribió en la página web Daily Beast que Melania Trump fue cómplice de su esposo y tiene “sangre en sus manos”.
“Quisiera poder decir que estaba sorprendida por las acciones del presidente Trump, pero tristemente no puedo, o decir que no comprendo el silencio y la inercia de Melania, pero patéticamente, los dos eran de esperarse”, escribió Wolkoff. “Melania sabe cómo “ser mejor” al ponerse de pie y leer de un teleprompter y no desde el corazón. Ella y su esposo carecen de carácter y no tienen ningún compás moral”.
Melania Trump también pareció despedirse de su tiempo en la Casa Blanca antes de que el período de su esposo termine el 20 de enero.
“Ha sido el honor de mi vida servir como vuestra Primera Dama”, afirmó.
“Quiero agradecer a los millones de personas que apoyaron a mi esposo y a mi durante los últimos cuatro años y han mostrado un increíble impacto en el espíritu estadounidense. Estoy agradecida con todos ustedes por permitirme servir en plataformas que son muy queridas para mí”.
El presidente Trump ordenó el lunes que las banderas estadounidenses ondeen a media asta hasta el atardecer del miércoles para honrar a los oficiales Sicknick y Liebengood.