Más de 20.000 miembros de la Guardia Nacional velarán por la seguridad durante la ceremonia de investidura del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, que tendrá lugar el próximo 20 de enero, en un ambiente de gran polarización política en el país.
"Creo que podrán ver a algo más de 20.000 miembros de la Guardia Nacional aquí, con presencia en el Distrito de Columbia", anunció el miércoles el jefe interino de la Policía Metropolitana de Washington D.C., Robert Contee, durante una rueda de prensa celebrada en el consistorio, junto a la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser.
Estos efectivos se sumarán a los agentes federales y locales que también tomarán pate del dispositivo de seguridad.
La Guardia Nacional informó la semanada pasada, después de que una turba asaltara el Capitolio con el propósito de impedir la certificación de la victoria electoral de Biden, que tenía previsto desplegar a unos 15.000 militares para garantizar la seguridad de la ceremonia de toma de posesión, que, en cualquier caso, se celebrará eminentemente de manera virtual debido a la pandemia.
Sin embargo, el ambiente de crispación sigue patente y la ciudad permanece en estado de alerta, ante posibles nuevas protestas o incluso algún acto terrorista.
La oposición en bloque, así como algunos legisladores republicanos, acusan al presidente Donald Trump de haber incitado el asalto al Congreso, por lo que podría enfrentarse a un segundo juicio político, una posibilidad que la Cámara de Representantes debate en estos mismos momentos.
Por el contrario, el presidente saliente ha rechazado las acusaciones, asegurando que sus palabras han sido "totalmente apropiadas" y que un nuevo impeachment, el segundo al que se enfrentaría su primer y -a la postre- único mandato, apenas servirá para tensar aún más la situación.
"Continuar por este camino, creo que está causando un tremendo peligro a nuestro país y está causando una gran ira", dijo Trump el martes en sus primeras declaraciones a periodistas desde los disturbios del 6 de enero.