Los legisladores estadounidenses están corriendo contra el reloj para aprobar un segundo paquete masivo de ayuda enfocado en la crisis económica y de salud ocasionada por el coronavirus.
La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tenía planeado hablar el lunes con el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, antes de que se venza un plazo autoimpuesto de 48 horas para alcanzar un acuerdo previo a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
Si la Casa Blanca y la mayoría demócrata de la Cámara no logran llegar a un acuerdo para el martes, la próxima oportunidad para los negociadores será en una sesión del Congreso en noviembre y diciembre.
En una carta a los miembros de la Cámara el domingo, Pelosi expresó optimismo sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo. Pero también le dijo al programa de la cadena televisiva ABC, “This Week Sunday” que la administración Trump había retirado partes claves de la legislación en la que se definían las estrategias de pruebas y rastreo.
“Así que, en este tema en que ya tenemos un acuerdo, aún no tenemos un acuerdo en el lenguaje. Pero tengo esperanzas”, dijo Pelosi.
Los legisladores estadounidenses han fallado reiteradamente en alcanzar un acuerdo para una segunda ronda de ayuda económica a millones de estadounidenses impactados por la pandemia. En septiembre, la mayoría republicana en el Senado falló en aprobar una propuesta de paquete reducido de 500.000 millones de dólares. La Cámara aprobó la Ley de Héroes por 2.200 millones en junio y hasta ahora ha rechazado una propuesta de la administración por 1.800 millones para una nueva ronda de ayuda.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch Mc Connell anunció que el Senado votará el miércoles por otra propuesta de 500.000 millones. Esa Ley proveería fondos para una nueva ronda de beneficios por desempleo y para el popular Programa de Protección de Salarios (PPP).
El presidente Donald Trump anunció el fin de las negociaciones para una nueva ronda de ayuda semanas atrás, solo para luego revertir ese camino y decir en un tuit: “Vayan en grande, o váyanse a casa”. Su expresión de apoyo para un monto mayor y más cercano a la propuesta de los demócratas, que han pedido 2.200 millones de dólares, ha ocasionado malestar entre muchos republicanos del Senado.
La Ley CARES, por 2.000 millones, aprobada en marzo gracias a un acuerdo bipartito, fue uno de los paquetes de asistencia más grandes en la historia estadounidense, proveyendo 600 dólares en ayuda semanal por desempleo para millones de estadounidenses dejados cesantes. Los beneficios semanales se vencieron el 31 de julio.
La economía de Estados Unidos está mostrando ciertas señales de recuperación de los confinamientos impuestos a inicios de año para controlar el avance del coronavirus. Más de 11,4 millones de empleos han sido recuperados, y hay señales de un aumento en las contrataciones en industrias golpeadas como el turismo.
Nuevas solicitudes de ayuda por desempleo aumentaron la semana pasada a 890.000, el nivel más alto desde mediados de agosto, aunque los reclamos por continuidad en el desempleo se redujeron a 10 millones.
Estados Unidos encabeza el mundo con 219.000 muertes por coronavirus, así como por infecciones, con más de 8 millones en total, según la Universidad Johns Hopkins.