Tras numerosos falsos arranques, frenazos y meses de inercia, el optimismo está finalmente llegando a Washington sobre un paquete de estímulo económico que ofrecería alivio a negocios, a los desempleados, a escuelas, a proveedores de servicios de salud, entre otros que luchan por sobrevivir al aumentar los casos de infecciones.
Bajo la presión de moderados en ambos partidos, la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría del Senado, Mitch Mc Connell, han iniciado negociaciones con la esperanza de llegar a un acuerdo entre propuestas de entre un trillón y 1,4 trillones.
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El éxito de las negociaciones no está asegurado y existen considerables diferencias, como el financiamiento a los gobiernos locales y estatales y si se concede una nueva ronda de pagos directos por 1.200 dólares a cada adulto estadounidense.
Pero la renovación de beneficios por desempleo, que están por vencerse, y una segunda ronda de subsidios para el pago de planillas de trabajadores y fondos para la distribución de vacunas, son elementos que están asegurados de estar en cualquier versión de un acuerdo.
Estos son los principales temas en las negociaciones:
Beneficios por desempleo
La Ley CARES aprobada en marzo creó un bono de 600 dólares semanales para desempleados, lo cual suplementaba los pagos que hacían los gobiernos estatales. Dicho bono venció al final de julio y los republicanos están en contra de su renovación. La Ley incluyó una autorización para que se extendiera el plazo en el cual el gobierno federal suplementaría los pagos estatales, pero por un monto de 300 dólares semanales. Y eso vencerá el 31 de diciembre. Cualquier acuerdo ampliaría ese plazo para pagos por 300 dólares.
Subsidios a empresas
Otro componente asegurado es la renovación del Programa de Protección de Planillas, también establecido en la Ley CARES, para darle una segunda ronda de subsidios a los negocios que afrontan problemas debido a las medidas de confinamiento y distanciamiento físico. Este programa goza de un fuerte apoyo de los republicanos. La mitad del costo de este programa, unos 300.000 millones de dólares, sería cubierto con fondos sobrantes de dos partidas aprobadas para ese fin durante la primavera pasada.
Pagos directos
El presidente Donald Trump ha respaldado otra ronda de pagos directos a la mayoría de adultos estadounidenses, sujeto a límites de ingresos que hacen que los que más dinero ganan no puedan recibir dicho pago. Los demócratas respaldan la idea, pero no es popular entre senadores republicanos y quedó fuera del plan respaldado por los republicanos. Un proyecto bipartito elaborado por la senadora Susan Collins y varios otros, dejó también fuera dichos pagos, cuyo costo sería de unos 300.000 millones de dólares, lo que lo hace muy caro para ser incluído, aunque congresistas como Alexandra Ocasio-Cortez, demócrata de Nueva York, y Josh Hawley, republicano de Montana, están presionando para mantenerlo.
Gobiernos locales y estatales
Este es uno de los temas más complicados en las pláticas, otra ronda de ayuda a gobiernos estatales y locales que se sumaría a unos 150.000 millones aprobados en la primavera. Es una prioridad para los demócratas, pero es rechazado por muchos republicanos, que advierten que serviría para rescatar financieramente a estados gobernados por demócratas, como California y Nueva York. Trump también rechaza la idea, pero las demandas de dichos fondos por parte de Pelosi han sido recortadas del billón que ella solicitaba originalmente. Las pérdidas de ingresos de los gobiernos locales y estatales no han sido tan grandes como se temía. Pero pequeñas localidades que quedaron fuera de la primera ronda de ayuda están urgidos por el financiamiento. Un plan respaldado por moderados proveería unos 160.000 millones.
Escudos por responsabilidad corporativa
Negocios que han reabierto durante la pandemia han estado durante meses buscando un escudo que los protegería de demandas judiciales alegando negligencia por algún contagio de COVID-19. McConnell es el más potente promotor de la idea y ha redactado amplias protecciones contra demandas a negocios, universidades y otras organizaciones. Los cabilderos de poderosos bufetes de abogados, que aún tienen mucha influencia sobre los demócratas, se opone, y McConnell insiste que una ola de demandas relacionadas al COVID-19 no se ha materializado. Los veteranos miembros del Comité Judicial del Senado, Dick Durbin demócrata de Illinois y John Cornyn, republicano de Texas, han sido designados para negociar el tema, una señal de que las pláticas van en serio.
Temas varios
Numerosos temas menores podrían ser incluidos, incluyendo 10.000 millones para el Servicio Postal, más de 20.000 millones en ayuda alimenticia promovidos por los demócratas, así como subsidios a los agricultores respaldados por los republicanos y más de 100.000 millones en financiamiento para que las escuelas reabran, entre otros.