Florida continúa sumando casos de coronavirus. Según el más reciente informe del Departamento de Salud de ese estado, ya hay 557.137 casos confirmados de COVID-19, pero al mismo tiempo, su gobernador, el republicano Ron De Santis, continúa con sus planes para reabrir las escuelas públicas a partir del 31 de agosto.
Esta decisión ha provocado un profundo malestar en algunos sindicatos de maestros y otros grupos que consideran que es muy arriesgado, ya que el brote de coronavirus no está controlado, y la situación podría empeorar.
Fedrick Ingram, el presidente del mayor sindicato de profesores del estado, la Asociación de Educación de Florida (FEA por sus siglas en inglés), manifestó su oposición a la reapertura de escuelas ya que la crisis sanitaria continúa acechando el estado.
“Estamos tratando de inyectar conciencia al proceso de educar a los niños durante la pandemia y proteger a nuestras comunidades de un nuevo resurgimiento de casos de virus y muertes. La FEA quiere que los distritos tengan la capacidad de determinar qué es lo mejor para sus estudiantes y comunidades”, agregó al respecto Ingram en una declaración solicitada por la Voz de América.
Agregó que es por esa razón que desde su organización están “tratando de detener una reapertura forzada insegura de los campus, que pondrá a los estudiantes y educadores en un riesgo innecesario”.
"Hay que estimular la economía"
Por su parte, el comisionado de Educación de Florida, Richard Corcoran, emitió un informe en el que se dejaba constancia de que las escuelas “no solo son lugares de aprendizaje académico”, sino que también son espacios donde se desarrollan otro tipo de actividades de tipo “nutricional, de socialización y extracurricular”.
Por esa razón, a su parecer, es “crucial” que las escuelas abran sus instalaciones de forma presencia para permitir que Florida “alcance su ritmo económico completo”.
En el documento, al que la VOA ha tenido acceso, se insta a que todas las escuelas abran los cinco días a la semana. Una medida avalada por el gobernador Ron DeSantis, que defiende que las escuelas deben abrir a pleno rendimiento para atender las necesidades de los estudiantes y sus padres.
La razón principal que el máximo responsable político de la Florida ha dado para respaldar esta orden es que, si los niños se quedan en casa, muchos padres no podrán volver a ir a trabajar porque deben quedarse cuidando a los hijos.
Ingram, que ha llevado la decisión a los tribunales de Florida, sostiene que las medidas implantadas como el uso de mascarilla y la distancia de seguridad no son suficientes en un momento tan “crítico” en el que este estado es el segundo, por detrás de California, con más casos confirmados de coronavirus.
Aumentan casos de COVID-19 en niños
Desde el inicio de la crisis sanitaria se tenía la creencia de que el nuevo coronavirus apenas afectaba a la población infantil, pero un informe del Departamento de Salud de Florida revelaba que el coronavirus también está afectando a la población más joven.
En el período comprendido entre el 9 de julio al 9 de agosto, el número total de casos en niños menores de 17 años aumentó de 16.797 a 39.735, lo que representa un aumento del 137 por ciento.
Las hospitalizaciones entre los menores de edad aumentaron un 105 por ciento: de 213 a 436, otra cifra que, según la FEA, se ha de tener en cuenta a la hora de decidir la reapertura o no de los centros escolares, que podrían convertirse en un foco de infección.
En el sur de la Florida, donde se está dando más de la mitad de los contagios diarios, los distritos escolares de Miami-Dade y Broward ya han dicho que, de momento, las clases serán de forma virtual para evitar posibles rebrotes.
Según informaron ambos organismos, las escuelas públicas reabrirán cuando los funcionarios de salud determinen que es seguro hacerlo.