El juicio político al expresidente Donald Trump, acusado de "incitación a la insurrección", concluyó este sábado con su exoneración en una votación en la que, no obstante, una mayoría simple votó a favor de su condena.
En total, siete legisladores republicanos se unieron finalmente a la acusación demócrata y condenaron las acciones del presidente durante el pasado 6 de enero, cuando una turba asaltó el Capitolio. La votación se cerró con 57 votos a favor de su condena y 43, en contra.
Con dos tercios de los votos necesarios para la condena, 17 republicanos tendrían que haberse vuelto contra Trump para que hubiera resultado condenado, partiendo de la base de que los 50 demócratas le declararían culpable, tal y como acabó sucediendo.
Esta ha sido apenas otra fase de la mayor caza de brujas de la historia de nuestro país"Donald Trump, expresidente de EE.UU.
"Este juicio no trataba sobre escoger entre el país o el partido, ni siquiera era eso. Esto trataba de elegir entre el país y Donald Trump, y 43 legisladores republicanos escogieron a Trump", lamentó el líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, el senador Chuck Schumer.
Por su parte, el exmandatario divulgó un comunicado celebrando el resultado del proceso y en el que acusaba a la oposición de "convertir la justicia en una herramienta de venganza política".
"Esta ha sido apenas otra fase de la mayor caza de brujas de la historia de nuestro país", señaló Trump, quien adelantó que este es el principio de "nuestro histórico, patriótico y precioso movimiento".
Se trata de la segunda ocasión en que Trump evita una condena por parte del Senado, pues hace ahora un año, el republicano resultó ya exonerado por el Senado, por aquel entonces igualmente controlado por su partido. Trump fue acusado entonces de intentar interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses al instar al gobierno de Ucrania a abrir una investigación a su entonces rival político y hoy presidente, Joe Biden.
Una sorpresa inesperada
La sesión, que se anticipaba como un simple epígrafe antes de una votación que parecía decidida de antemano, comenzó no obstante con la inesperada petición de los fiscales o gestores del juicio -representantes demócratas ante la Cámara Baja- de citar a testigos.
En una votación con 55 senadores a favor y 45 en contra, la Cámara Alta aceptó la propuesta, realizada después de que este viernes salieran a luz nuevos testimonios que señalan directamente a Trump por incumplir su deber como presidente cuando una turba asaltó el Capitolio el pasado 6 de enero.
La congresista Jaime Herrera Beutler emitió ayer un comunicado compartiendo una conversación que mantuvo el día del asalto al Capitolio con el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, el congresista republicano Kevin McCarthy. Durante esta conversación, McCarthy le compartió detalles de una llamada telefónica que, según dijo, mantuvo Trump durante el asalto en la cual rechazó hacer un llamamiento a sus seguidores para que pusieran fin a los disturbios.
Esto trataba de elegir entre el país y Donald Trump, y 43 legisladores republicanos escogieron a Trump"Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata en el Senado
De acuerdo con Herrera Beutler, que debido a esta conversación se sumó a otros nueve congresistas republicanos que votaron a favor de someter a Trump a un nuevo impeachment, detalló que, según McCarthy, Trump le argumentó que los alborotadores eran miembros de Antifa.
McCarthy lo habría negado y le habría insistido en que los violentos eran sus propios seguidores, tal y como ha puesto de manifiesto un reciente informe de la Universidad de Chicago. “Bueno Kevin, supongo que a esta gente le importan más las elecciones que a ti”, le espetó Trump entonces.
En declaraciones a la cadena CNN el viernes, Herrera Beutler señaló: "Esa frase me demuestra que, o bien no le importaba, lo que conlleva un juicio político porque no puedes permitir un ataque en tu territorio; o bien quería que pasase y le parece correcto, lo que me enfurece".
Finalmente, tras una negociación durante un prolongado receso, ambas partes informaron que, tras consultar con el propio expresidente, se había decidido no llamar a testificar a la congresista, pero sí incluir su comunicado como parte del proceso.
Los argumentos de las partes
A lo largo de la semana, congresistas demócratas, que ejercen de fiscalía en el proceso, trataron de establecer un vínculo directo entre las palabras del presidente, no sólo durante su controvertido discurso del 6 de enero, sino desde antes incluso de las elecciones, y el asalto al Capitolio por parte de una turba que pretendía impedir la certificación de la victoria de Joe Biden en los comicios de noviembre.
Sin embargo, los gestores temían que los senadores republicanos se dejaran guiar por intereses políticos, por lo que el fiscal principal, el congresista demócrata Jamie Raskin, hizo un llamamiento directo a los legisladores: "Es casi seguro que esto determinará cómo serán recordados por la historia".
La defensa del expresidente, por su parte, buscó convencer a los legisladores, que tras ser testigos de los disturbios ahora actuaron como jueces del proceso, de que todo fue fruto de una venganza política y de que, en cualquier caso, su cliente no podía ser condenado por ejercer su derecho a la libertad de expresión e, incluso, llegaron a negar que la insurrección fuera tal.
"En breve, este impeachment ha sido una farsa de principio a fin. Todo este espectáculo no ha sido más que un desatado intento de una vieja vendetta política contra el señor Trump por parte del partido de la oposición", concluyó Michael van der Veen, abogado que lideró la defensa del expresidente el último día del proceso.