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EE.UU. valora exigir a viajeros de Gran Bretaña prueba negativa de COVID-19


Los viajeros hacen cola con sus equipajes en la sala de salidas de la Terminal 2 del aeropuerto de Heathrow en el oeste de Londres, el 21 de diciembre de 2020.
Los viajeros hacen cola con sus equipajes en la sala de salidas de la Terminal 2 del aeropuerto de Heathrow en el oeste de Londres, el 21 de diciembre de 2020.

Los funcionarios estadounidenses están considerando un requisito para que todos los viajeros procedentes de Gran Bretaña entreguen pruebas con resultado negativo a COVID-19.

Medios de comunicación han informado que el grupo de trabajo del coronavirus de la Casa Blanca se reunió el lunes y discutió la elaboración de una regla para que los pasajeros demuestren que han tomado una prueba y confirmen que el resultado es negativo en un periodo que comprenda las 48 o 72 horas antes de salir de Gran Bretaña.

La regla propuesta llega cuando más de 40 países han suspendido a los viajeros de Gran Bretaña en respuesta a un aumento dramático de infecciones debido a una nueva cepa de COVID-19 que se extiende por el sur de esa nación.

Estados Unidos no ha restringido los vuelos desde Gran Bretaña, sin embargo, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que pidió a las aerolíneas que vuelan al estado desde Gran Bretaña que hagan que todos los pasajeros realicen una prueba de COVID-19 antes de subirse al avión.

Las aerolíneas Virgin Atlantic, British Airways y Delta Airlines, aceptaron la solicitud del gobernador Cuomo.

En el oeste de Estados Unidos, el gobernador Jay Inslee del estado de Washington ordenó el lunes una cuarentena de 14 días para todos los viajeros que ingresen al estado desde Gran Bretaña y Sudáfrica, donde se identificó una mutación similar de COVID-19.

El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo el lunes que es posible que la nueva variante del nuevo coronavirus ya esté en Estados Unidos.

El director de la compañía farmacéutica BioNTech, con sede en Alemania, dice que la vacuna de COVID-19 que desarrolló con su contraparte estadounidense Pfizer es "muy probable" que funcione contra la nueva cepa. Pero Ugur Sahin dijo a periodistas en Berlín que de ser necesario, la vacuna podría modificarse y distribuirse en seis semanas. La Unión Europea autorizó el lunes el uso de la vacuna Pfizer-BioNTech en el bloque de 27 naciones, y las primeras vacunas comenzarán a distribuirse el 27 de diciembre.

Hans Kluge, el jefe europeo de la Organización Mundial de la Salud, ha dicho que la agencia convocará una reunión de miembros para discutir estrategias que contrarresten la nueva variante de COVID-19, pero no ofreció fecha. La OMS advirtió el lunes que no es preciso crear una gran alarma sobre la nueva cepa, diciendo que no hay evidencia de que sea más letal que cualquier cepa existente conocida, y que tales mutaciones son una parte normal de la evolución de una pandemia.

Mientras tanto, se ha roto la racha más larga del mundo sin una infección local por coronavirus. Las autoridades sanitarias de Taiwán dicen que una mujer de unos treinta años dio positivo después de entrar en contacto a principios de este mes con un piloto nacido en Nueva Zelanda que se infectó mientras viajaba al extranjero.

La mujer es el primer caso de COVID-19 transmitido localmente en Taiwán desde el 12 de abril, un período de 253 días. Taiwán ha sido señalado como una historia de éxito en cómo responder a la pandemia, con solo 766 casos en total y solo siete muertes, según el Centro de Recursos de Coronavirus de Johns Hopkins. La isla comenzó a controlar a los pasajeros en vuelos desde Wuhan, la ciudad china donde comenzó la pandemia, en los primeros días del brote para detectar síntomas de fiebre y neumonía.

Y la Antártida ha perdido su designación como el último continente de la Tierra sin una infección por COVID-19. Al menos 36 personas estacionadas en una base de investigación chilena en el continente helado recientemente dieron positivo por el nuevo coronavirus, incluidos 26 miembros del ejército chileno y 10 contratistas civiles.

El Vaticano sostiene que es "moralmente aceptable" que los católicos reciban vacunas desarrolladas con tejido de fetos abortados.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, la oficina de supervisión doctrinal de la Iglesia, emitió un comunicado el lunes otorgando permiso a los católicos para tomar tales vacunas porque no "constituye una cooperación formal" con los medios por los cuales se obtuvo el tejido. La oficina también dijo que no siempre es posible obtener vacunas que no planteen un dilema ético.

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