La administración Trump impuso el lunes sanciones a Turquía, su aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por la compra de un sistema ruso de defensa aérea, preparando el escenario para una mayor confrontación entre las dos naciones al prepararse el presidente electo Joe Biden a asumir la presidencia.
La medida viene en un momento delicado de las relaciones entre Washington y Ankara, las cuales han tenido diferencias por más de un año debido a la adquisición de Turquía en Rusia de un sistema de defensa con misiles S-400, junto a acciones de Turquía en Siria, en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán y en el este del Mar Mediterráneo.
Estados Unidos ya había expulsado a Turquía del programa de Desarrollo y entrenamiento para el avión de combate F-35 debido a la compra del sistema ruso, pero no había tomado pasos adicionales a pesar de persistentes advertencias de funcionarios estadounidenses que se quejaban por la compra de sistemas-400, que dicen es incompatible con los equipos militares de la OTAN y que podría ser una potencial amenaza a la seguridad de los aliados de dicha organización.
"Estados Unidos le dejó muy claro a Turquía a los más altos niveles y en numerosas ocasiones que su compra del sistema S-400 pondría en peligro al personal estadounidense y la seguridad de su tecnología militar y le daría cuantiosos recursos al sector de defensa de Rusia, así como acceso a Rusia a las fuerzas armadas de Turquía y su industria de defensa”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo.
"Turquía sin embargo decidió proceder con la compra y las pruebas del sistema S-400, a pesar de la disponibilidad de alternativas, que habrían sido sistemas interoperables con la tecnología de la OTAN para cumplir con sus necesidades de defensa”, dijo en una declaración escrita.
"Yo insto a Turquía a resolver el problema del S-400 inmediatamente en coordinación con Estados Unidos”, dijo. “Turquía es un valioso aliado y un importante socio de seguridad regional para Estados Unidos y buscamos continuar nuestra historia de décadas de cooperación en el sector de defensa, removiendo el obstáculo de la posesión turca del S-400 lo antes posible”.
Las sanciones fueron dirigidas al presidente de la Industria de Defensa de Turquía, la oficina de compras militares, a su jefe militar Ismail Demir, y otros tres altos oficiales. Las sanciones bloquean cualquier activo que los cuatro sancionados pudieran tener en Estados Unidos, les impide ingresar a territorio estadounidense y bloquea cualquier préstamo o crédito a la agencia militar.
La administración se había abstenido de imponer sanciones fuera del programa de los aviones de combate durante meses, en parte para dar tiempo a los funcionarios turcos de reconsiderar el despliegue del sistema ruso y, sospechan algunos, debido a la relación personal del presidente Donald Trump con el líder turco Recep Tayyip Erdogan.
Sin embargo, en meses recientes Turquía había procedido con pruebas del sistema de defensa, generando críticas en el Congreso y otros que han demandado que se impusieran sanciones bajo la Ley de Enfrentamiento con Adversarios de Estados Unidos Mediante Sanciones, que exige castigos por transacciones que se consideren dañinas para los intereses estadounidenses.
A solo mes y medio de la toma de posesión de Joe Biden, las sanciones representan un potencial dilema para la administración entrante, aunque miembros del equipo del presidente electo han indicado que se oponen al uso de Turquía del S-400 y la falta de unidad dentro de la OTAN que podría generar.
El mes pasado, el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, estaba preparado para discutir con Estados Unidos su “ansiedad” por la interoperabilidad del S-400 y los aviones F-35.Estados Unidos reaccionó con frialdad a la sugerencia y Pompeo poco después no se reunió a propósito con ningún funcionario turco durante una visita a Estambul.
Turquía hizo pruebas del sistema de misiles de defensa en octubre por primera vez, generando una condena del Pentágono.
Ankara dice que se vio forzado a comprar el sistema ruso pues Estados Unidos rehusó venderle el sistema americano de misiles “Patriot”. El gobierno de Turquía ha señalado también lo que considera un doble estándar, ya que el también miembro de la OTAN, Grecia, usa sistemas de misiles rusos.