El Gobierno del presidente Donald Trump dio marcha atrás el lunes a una directiva que prohibía a los alumnos internacionales permanecer en Estados Unidos si las universidades decidían impartir todas las clases online debido a la pandemia del coronavirus.
La decisión fue anunciada por la juez de distrito Allison Burroughs, en el estado de Massachussetts, en una audiencia sobre la demanda que la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT por sus siglas en inglés) presentaron contra la medida.
Las dos universidades con sede en Boston se unieron a más de una docena de instituciones universitarias que llevaron su desacuerdo con la política del gobierno a los tribunales. A los centros educativos se sumaron el lunes 17 estados y el Distrito de Columbia, que también presentaron una demanda en contra de la nueva política.
Burroughs dijo que el gobierno de EE.UU. y las universidades llegaron a un acuerdo que revocaría la directiva, anunciada hace poco más de una semana por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés).
En una breve audiencia el martes, la jueza Burroughs leyó el acuerdo y pidió a las partes que verificaran.
La juez dijo que las autoridades federales de inmigración acordaron rescindir la política reciente y "volver al status quo".
Antes de la pandemia, los estudiantes internacionales con visas F-1 tenían que tomar la mayoría de sus clases en persona, pero se les permitía tomar algún curso en línea por semestre.
Después de la pandemia de COVID19, algunas instituciones dejaron de ofrecer clases en persona y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas anunció que estaba adaptando las reglas "para el resto de la emergencia", lo que permitía a los estudiantes tomar un curso completo en línea.
La medida habría afectado a los más de un millón de alumnos internacionales que están actualmente matriculados en universidades extranjeras. Con el número de casos de coronavirus disparándose en EE.UU. —más de tres millones de contagios— los jóvenes se habrían visto obligados a elegir entre cambiar de universidad a una que ofrezca cursos presenciales o irse del país.