El exdirector del FBI, James Comey, defendió el miércoles la investigación de la oficina sobre los vínculos entre Rusia y la campaña electoral de 2016 del presidente Donald Trump contra los ataques de senadores republicanos por el monitoreo secreto de un ex asistente de campaña.
La audiencia del Comité Judicial del Senado no produjo nuevas revelaciones sobre la investigación del FBI, y los demócratas acusaron a la mayoría republicana de politizar el tema sin examinar la supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de este año.
Los republicanos del Senado dicen que la investigación del FBI sobre la campaña de Trump, luego entregada al fiscal especial Robert Mueller, tenía la intención de socavar la candidatura y la presidencia de Trump, y el panel ha estado examinando las raíces de la investigación.
En diciembre, un organismo de control del Departamento de Justicia encontró evidencias de numerosos errores, pero ningún sesgo político cuando el FBI abrió la investigación.
El presidente del comité, Lindsey Graham, y otros republicanos buscaron responsabilizar a Comey por los errores encontrados en las solicitudes del FBI de órdenes judiciales secretas para monitorear las comunicaciones de Carter Page, quien se desempeñó brevemente como asesor de la campaña de Trump en 2016.
"Para mí, este es un fracaso asombroso del funcionamiento del sistema", dijo Graham, un acérrimo aliado de Trump.
Varios republicanos citaron el caso de un exabogado del FBI, Kevin Clinesmith, quien se declaró culpable en agosto de manipular un correo electrónico de la CIA enviado con una solicitud de modo que decía que Page no era una fuente de la agencia, cuando en realidad sí lo era.
"No sé nada sobre el señor Clinesmith más que lo que he leído", dijo Comey.
Si bien el director del FBI era "responsable de todo lo que se hacía debajo" de ellos, Comey dijo que no era responsable de garantizar la veracidad de las certificaciones que firmó junto con las solicitudes de monitoreo.
Además expresó que estaba "enormemente" orgulloso del trabajo del FBI.
Comey también fue cuestionado sobre la participación del FBI en sus solicitudes de monitoreo en un informe compilado para la campaña de la oponente demócrata de Trump, Hillary Clinton, por Christopher Steele, un ex espía británico, el cual alega que Rusia tenía material comprometedor sobre Trump.
Dijo que no sabía en ese momento que la "subfuente" principal del llamado 'Steele Dossier' era un presunto agente ruso.
Comey defendió la decisión del FBI de iniciar la investigación de contrainteligencia sobre posibles vínculos entre Rusia y la campaña de Trump. Entre otras razones, señaló que el exgerente de campaña, Paul Manafort, estaba trabajando con un hombre que los funcionarios estadounidenses consideraban un agente de inteligencia ruso.
El Comité Judicial del Senado es uno de los dos paneles del Senado liderados por republicanos que investigan los orígenes de la investigación de la conocida como Trama Rusia.
La investigación de Mueller encontró que Rusia buscó interferir en las elecciones de 2016 para impulsar la candidatura de Trump y que éste tuvo numerosos contactos de campaña con rusos. Pero Mueller concluyó que la evidencia no establecía una conspiración criminal entre la campaña del hoy mandatario y Moscú.