La transición de poder del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha comenzado formalmente después de que una agencia gubernamental le declarara el aparente ganador de las elecciones presidenciales de 2020, incluso cuando el presidente Donald Trump continúa con su intento arriesgado de revertir la victoria del demócrata en las urnas.
El equipo de asesores de Biden comenzó a comunicarse de inmediato con los funcionarios de Trump en todo el gobierno para conocer las posibles amenazas a la seguridad nacional que enfrenta el país y otros retos inmediatos que enfrentará el demócrata cuando asuma el cargo, el próximo 20 de enero.
Funcionarios del Pentágono dijeron que los miembros del equipo de transición de Biden se comunicaron con el Departamento de Defensa poco después de que Emily Murphy, la administradora de la Administración de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés) determinara que Biden es el "aparente" ganador de las elecciones y que la transición puede comenzar. La acción de Murphy le permite a Biden recurrir a fondos públicos para hacer frente a los gastos de transición y recibir informes de seguridad, y a sus asesores les posibilita, entre otras cosas, tener acceso a agencias federales.
No estaba claro de inmediato cuándo Biden -como presidente electo- recibiría su primer informe clasificado de seguridad nacional. Biden ha discutido cuestiones de seguridad con su equipo de asesores militares y de inteligencia, pero aún no se le ha entregado el resumen diario que recibe el presidente, que incluye la evaluación de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos sobre las amenazas mundiales.
El foco de COVID-19
De preocupación inmediata para Biden es la lucha para controlar el creciente número de casos de coronavirus en EE.UU. Sus funcionarios quieren información sobre el calendario de la administración Trump para aprobar tres vacunas contra el virus en las próximas semanas y los planes para inoculaciones generalizadas de estadounidenses a partir de fin de año y hasta bien entrado el 2021.
Los funcionarios de salud dicen que la aprobación de las vacunas por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) podría resultar más tranquila que la difícil tarea de distribuir las vacunas en todo el país y dar cita a millones de personas para que se las apliquen. Las encuestas muestran que alrededor de cuatro de cada diez estadounidenses desconfían de vacunarse o ya han decidido no hacerlo, lo que podría dificultar el control de la pandemia.
Formación de equipo
Otros miembros del equipo de transición de Biden se están poniendo en contacto con funcionarios de numerosas agencias en todo el gobierno para hablar sobre cuestiones políticas pendientes, así como para conocer hasta qué punto la administración Trump eliminó puestos de personal en los últimos cuatro años para deshacerse de lo que el presidente consideró ser un "Estado profundo" arraigado, en desacuerdo con su visión de un gobierno limitado.
Mientras tanto, en su cuartel general de la transición, en su ciudad natal de Wilmington, Delaware, Biden presentó a algunos de los principales nominados a incorporarse a su gabiente, incluido Antony Blinken, como secretario de Estado; Avril Haines, como directora de inteligencia nacional; y Alejandro Mayorkas, como jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Trump facilitó a regañadientes el camino para que la transición de Biden al poder comenzara, al aceptar la declaración de Murphy de que el demócrata era el aparente ganador de la polémica campaña que duró varias semanas.
Trump dijo que la transición era "en el mejor interés de nuestro país".
Sin embargo, el presidente prometió continuar su lucha contra el resultado de las elecciones, diciendo: "Nuestro caso continúa FIRMEMENTE, continuaremos con la buena lucha, ¡y creo que prevaleceremos!"
Trump no ofreció ninguna concesión a Biden y no le ha llamado para felicitarle, incluso cuando numerosos líderes mundiales le han ofrecido buenos deseos al probable presidente número 46 de Estados Unidos.
La derrota de Trump le convierte en el quinto presidente de Estados Unidos en los 244 años de historia del país en perder la reelección después de un solo mandato de cuatro años en la Casa Blanca.
Trump ha perdido más de 30 impugnaciones legales que alegan irregularidades en el conteo de votos en estados clave, pero no reconoció la derrota al permitir que la transición de Biden al poder avance. Trump continúa con varias demandas o apelaciones de casos que ha perdido para intentar anular la victoria de Biden.
El martes por la mañana, Trump dijo en Twitter: "Recuerden, la GSA ha sido excelente y Emily Murphy ha hecho un gran trabajo, pero la GSA no determina quién será el próximo presidente de Estados Unidos".