Los estados de Estados Unidos que enfrentan retrasos en las campañas de vacunación contra el coronavirus están pidiendo a estudiantes de medicina y enfermería, e incluso a bomberos, que colaboren con las inoculaciones para liberar a trabajadores de la salud que luchan contra la pandemia en hospitales atestados.
Al menos siete departamentos de salud estatales buscan voluntarios para la campaña, algunos de los cuales se asocian con universidades o escuelas de enfermería con incentivos como descuentos en matrículas y capacitación práctica. Otros están enseñando a los socorristas a poner vacunas.
El lanzamiento nacional de las vacunas contra el COVID-19 es la mejor esperanza para poner fin a una pandemia que ha costado la vida a más de 320.000 personas en Estados Unidos y ha paralizado a la mayor economía del mundo.
Este mes, los reguladores estadounidenses autorizaron las dos primeras vacunas COVID-19, una de las farmacéuticas Pfizer y, y otra de Moderna.
Hasta el miércoles, se habían entregado casi 10 millones de dosis en todo el país. Sin embargo, por la falta de personal en hospitales y por los requisitos especiales para preparar las vacunas, sólo se habían aplicado cerca de 1 millón.
La lentitud de la campaña de vacunación amenaza el objetivo del gobierno federal de inocular a casi 20 millones de personas antes de fin de año.
Si bien la inoculación se centra actualmente en los trabajadores de la salud de primera línea, se espera que la campaña se amplíe a decenas de millones de trabajadores esenciales de la industria a partir de enero o febrero.
Desde Nueva York hasta Tennessee, los estados esperan que estudiantes de medicina y enfermería liberen al personal médico que se concentra en atender el número récord de nuevos pacientes con COVID-19.
“Poder dotar de personal a las clínicas de vacunación con voluntarios de nuestra fuerza laboral de reserva significa que el personal en los sitios de vacunación puede seguir realizando sus tareas normales, lo cual es crucial ya que nuestra tasa de hospitalización ha aumentado”, dijo una portavoz de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana.
Cuando llegaron las primeras vacunas, los funcionarios de salud de Indiana llamaron a la universidad estatal. Más de 630 estudiantes de medicina y enfermería de la Universidad de Indiana se han inscrito como voluntarios y reciben 90 minutos de capacitación práctica y en línea.
El estudiante de medicina de cuarto año Nicholas Clough comenzó a administrar vacunas a los trabajadores de la salud de primera línea el miércoles pasado.
“Se sintió como si fuera un contraataque real y tangible contra el COVID”, dijo Clough, de 26 años, quien ha perdido a varios familiares durante la pandemia.
La Universidad de Wisconsin ofrece un crédito de matrícula de 500 dólares a estudiantes con credenciales médicas que trabajen en hospitales con poco personal durante las vacaciones de invierno, incluida la administración de vacunas.
En California, los paramédicos del departamento de bomberos han sido capacitados para administrar la vacuna, inicialmente a sus compañeros de trabajo.
Dependiendo de las leyes de licencias de cada estado, los estudiantes de medicina y enfermería pueden administrar vacunas, a menudo bajo la supervisión de un profesional con licencia.
El 13 de diciembre, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, permitió que estudiantes de medicina, enfermería, farmacia, odontología, podología y obstetricia administraran vacunas contra la gripe y el COVID-19 bajo supervisión.