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Demandas legales de Trump contra victoria de Biden podrían ser una batalla cuesta arriba


Una simpatizante del presidente Donald Trump porta un cartel que reza "solo votos legales" en desafío al conteo de votos de las elecciones presidenciales en Filadelfia, Pensilvania, el 8 de noviembre de 2020.
Una simpatizante del presidente Donald Trump porta un cartel que reza "solo votos legales" en desafío al conteo de votos de las elecciones presidenciales en Filadelfia, Pensilvania, el 8 de noviembre de 2020.

La gestión de las elecciones es un asunto de los estados y, según expertos legales, es altamente improbable, aunque no imposible, que la Corte Suprema se involucre para resolver las disputas.

El más reciente desafío legal de la campaña del presidente Donald Trump a los resultados de la elección presidencial del 3 de noviembre pudieran ser un caso de “muy poco y muy tarde”, dice algunos expertos legales.

Con la elección terminada y el exvicepresidente Joe Biden proyectado como el ganador, Trump se enfrenta a una batalla cuesta arriba en sus esfuerzos para revertir los resultados con escasa evidencia de una votación fraudulenta o un conteo impropio de las boletas.

Esa es la evaluación de diferentes expertos legales después de que la campaña de reelección del presidente haya presentado nuevas demandas que desafían la legalidad de millones de boletas por correo en Pensilvania, el estado clave que fue ganado por Biden y le impulsó a la victoria el pasado sábado.

La queja de 105 páginas de la campaña de Trump, presentada en una corte federal en Filadelfia el lunes por la noche, insiste en una teoría legal no comprobada sobre los votos por correo, al tiempo que reitera argumentos anteriores y sin ofrecer las suficientes evidencias de fraude, dicen los expertos.

El objetivo aparente de los abogados de Trump es persuadir a las cortes a descontar el masivo número de votos enviados por correo, la mayoría de los cuales fueron enviados por partidarios de Biden.

La demanda alega el uso en Pensilvania de procedimientos desiguales para manejar el voto por correo y que el voto en persona representa una “violación” de la Cláusula de Protección igualitaria de la Constitución y pide una orden contra la certificación de los resultados electorales en el estado.

Los estados norteamericanos tienen diferentes fechas tope para certificar sus resultados y la de Pensilvania es el 23 de noviembre.

Danielle Lang, codirectora de derechos de los votantes y el programa de redistribución de distritos del Centro Legal de Campañas, dice que la nueva demanda es “más voluminosa, pero en nada más meritoria” que otras anteriores.

Rudolph Giuliani, abogado del presidente Donald Trump, encabeza el equipo legal que ha presentado demandas contra los resultados electorales en Pensilvania.
Rudolph Giuliani, abogado del presidente Donald Trump, encabeza el equipo legal que ha presentado demandas contra los resultados electorales en Pensilvania.

Los votantes en Pensilvania tenían la oportunidad de escoger si votaban en persona o por correo, señaló Lang.

“Siempre sería el caso de que esos diferentes métodos de votación estuvieran aparejados a diferentes procedimientos, pero eso no significa que esos procedimientos sean menos seguros, o menos apropiados, o menos constitucionales”, agregó.

La demanda argumenta que de aproximadamente 6,75 millones de boletas emitidas en Pensilvania, los 2,6 millones que se enviaron por correo tenían menos protecciones para asegurar su transparencia y verificabilidad. La mayoría de estas boletas fueron enviadas por simpatizantes de Biden.

Aunque la demanda alega que “casi todos los aspectos críticos” del proceso de votación en Pensilvania estuvieron “envueltos en un secretismo”, su principal argumento es que los votantes en persona y los que votaron por correo fueron tratados diferente.

“Habiendo otorgado el derecho a votar sobre términos iguales, el estado no puede, por un tratamiento arbitrario y desigual posterior, valorar el voto de una persona sobre el voto de otra”, dice la demanda, citando el fallo de la Corte Suprema en la disputada elección presidencial de 2000 entre el republicano George W. Bush y el demócrata Al Gore.

En aquel caso, la Corte Suprema objetó el mosaico de normas de la Florida para aceptar y rechazar boletas disputadas, lo que derivó en una paralización del recuento de boletas en la Florida y le dio la presidencia a Bush.

Sin embargo, tener diferentes normas para el voto por correo y en persona no constituye una violación de la Cláusula de Protección Igualitaria, dice Richard L. Hasen, un experto en ley electoral de la Universidad de California en Irvine.

“Si esta demanda tiene éxito, significaría que la votación fue inconstitucional en todo el país”, explicó Hasen en un correo electrónico. “La queja es especialmente débil cuando los votantes tienen la elección de votar por cualquiera de los dos sistemas”.

Además, agrega, sería muy tarde para la campaña de Trump, que sabía sobre los procedimientos de votación en Pensilvania desde hace meses, para presentar una demanda ahora.

Empleados de elecciones cuentan votos de la elección presidencial en Atlanta, Georgia, el 4 de noviembre de 2020.
Empleados de elecciones cuentan votos de la elección presidencial en Atlanta, Georgia, el 4 de noviembre de 2020.

“De otro modo, se daría a la campaña una opción de demandar sobre algo, solo si pierde y de privar de sus derechos a votantes que confiaron en la legalidad del sistema existente”, escribió Hasen.

La administración de las elecciones es un asunto de los estados y según los expertos legales, es altamente improbable, aunque no imposible, que la Corte Suprema se involucre para resolver la disputa.

“Incluso si la Corte Suprema llegara a involucrarse, no parece haber muchas oportunidades de descartar los votos suficientes para cambiar el resultado de la elección presidencial”, dijo Michael R. Dimino, un profesor y experto en elecciones de la Escuela de Leyes de Widener University Commonwealth.

Antes de la elección del 3 de noviembre, la campaña de Trump y los republicanos presentaron decenas de demandas contra los planes de los estados de expandir la votación por correo durante la pandemia del coronavirus. Trump denunció repetidamente que el uso de boletas por correo, alegando, con pocas pruebas, que eran una receta para el fraude.

Aunque los republicanos lograron impedir algunos cambios en los procedimientos de votación, la mayoría de los estados siguieron adelante para expandir el voto por correo, lo que permitió que más de 65 millones de estadounidenses sometieran sus boletas a través del sistema postal.

Biden fue proyectado el sábado por las organizaciones de prensa como el ganador de las elecciones en base a la fortaleza de lo que parece una ventaja insuperable de votos para darle una mayoría en el Colegio Electoral, o al menos 270 votos electorales.

Los resultados pueden ser objetados en las cortes y recontados, y no serán oficiales hasta que los estados los certifiquen individualmente para el 8 de diciembre.

El desafío que enfrenta ahora el equipo de abogados de Trump es que pudiera no haber suficientes boletas disputadas para alterar el resultado de la elección, dicen los expertos legales.

A diferencia de lo ocurrido en el 2000, cuando el presidente George W. Bush ganó la disputada elección por unos pocos cientos de votos en la Florida, Trump va la zaga de Biden por miles de votos en varios estados clave, como Pensilvania, Arizona, Georgia y Nevada.

Dimino afirmó que presenta “algunos buenos argumentos” en cuanto a que el conteo de votos en Pensilvania no estuvo totalmente de acuerdo con la ley. “No todos los expertos legales piensan que las demandas de Trump carecen de mérito”

“Por ejemplo, la queja alega que a los observadores republicanos para el conteo de votos se les negó un 'acceso relevante' y que los mantuvieron muy lejos de donde se contaban los votos en Filadelfia. En ese caso, un juez la semana pasada accedió a la demanda de la campaña de Trump y ordenó que los observadores estuvieran más cerca, dijo Dimino.

No obstante, el desafío más formidable para el equipo de Trump es “convencer a los jueces de que las violaciones en la elección deben resultar en la anulación de un gran número de boletas que alterarían el resultado”, señaló Dimino.

Esto requeriría evidencias de fraude sistemático e irregularidades, algo que la campaña de Trump aún no ha aportado.

Incluso si los 20 votos electorales de Pensilvania fueran para Trump, algo que parece muy improbable debido a la gran desventaja que mantiene, el presidente aun necesitaría ganar un estado adicional para revertir la proyectada victoria de Biden.

Electores votando en persona en Marana, Arizona, en la elección presidencial del 3 de noviembre de 2020.
Electores votando en persona en Marana, Arizona, en la elección presidencial del 3 de noviembre de 2020.

En la semana transcurrida desde la elección, la campaña de Trump y sus partidarios han presentado demandas en Arizona, Georgia, Michigan y Nevada.

Con un par de notables excepciones, la mayoría de las acciones legales han fallado, con jueces que descartaron las demandas o exigieron evidencia concreta.

En Michigan, el más reciente desafío a los procedimientos de conteo de los votos fue de un grupo conservador el domingo. La demanda, presentada ante el Centro de Justicia Legal de los Grandes Lagos, busca una nueva elección en el condado de Wayne, el área de Detroit, alegando que la elección del martes estuvo plagada de fraude.

Tom Spencer, un veterano abogado republicano que fue asesor del equipo legal de Bush durante el recuento de la Florida, dijo que a pesar de las desventajas, Trump debe agotar todas las avenidas legales.

“Recuerdo a los abogados de Gore en la Florida que decían que hacían eso no solo por Gore, sino también por el pueblo estadounidense, para que tuvieran confianza en el resultado y supieran que nuestro cliente había levantado todas las piedras para ello”, dijo Spencer, actualmente vicepresidente del Fondo de Abogados por la Democracia.

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