El uso de mascarillas no debe ser una obligación sino "una elección de cada individuo" y la necesidad de realizar pruebas diagnósticas a todos los estadounidenses es un "mito", aseguró el miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
“Vamos a desmontar un mito sobre las pruebas ahora mismo... Si testáramos a todos los estadounidenses en este momento, tendríamos que someterles a la prueba una hora más tarde y luego otra hora después porque, en teoría, en cualquier momento puedes contraer este virus", declaró McEnany en rueda de prensa.
La portavoz agregó, además, que "la noción de que todo el mundo debería ser testado es un simple sinsentido".
McEnany señaló que quienes necesitan someterse a las pruebas diagnósticas para la detección de la COVID-19 son aquellas personas que forman parte de "la población vulnerable", como los ancianos y los trabajadores de plantas cárnicas. Para ellos defendió un testeo "estratégico".
“Podemos testar estratégicamente y, una vez que encontramos un ejemplo de alguien que tiene el coronavirus, podamos hacer un seguimiento de sus contactos y así asegurarnos de que no se propaga entre otros miembros de la comunidad", explicó.
Respecto a la posibilidad de que, tal y como están haciendo numerosos países, el uso de mascarillas sea un requisito imprescindible para iniciar la reactivación de la economía del país, McEnany subrayó que esa debe ser una elección personal.
“Es una elección del pueblo estadounidense, de cada individuo, el usar mascarilla o no", aseguró tras ser preguntada sobre porqué el presidente Donald Trump no usó un tapabocas durante su visita a una fábrica en Arizona el martes, una decisión que ha generado una cierta controversia en el país, especialmente debido a que las normas de la empresa requerían su utilización.
El propio mandatario abordó la cuestión horas antes, durante un acto en la Casa Blanca, asegurando que empleó una mascarilla "durante un rato", pero que después se la quitó para poder tratar con los trabajadores de la empresa, precisamente, una planta de producción de tapabocas.
De acuerdo con los últimos difundidos por la universidad Johns Hopkins, Estados Unidos cuenta en estos momentos con 1.219.952 casos confirmados y ha registrado 72.617 muertes.