La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, insistió eL martes en la necesidad de comenzar a retirar las medidas de mitigación adoptadas para evitar la propagación del nuevo coronavirus porque, según dijo, el no hacerlo también "tiene consecuencias".
“Queremos reabrir el país porque no hacerlo tiene consecuencias en otras direcciones", dijo McEnany durante una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca.
La portavoz citó entre esos efectos perniciosos el aumento de llamadas a teléfonos de ayuda relacionadas con el abuso de drogas o la cantidad de procedimientos médicos que no han podido llevarse a cabo desde el inicio de la pandemia.
Estas declaraciones se produjeron pocas horas después de que varios expertos del Gobierno alertaran en el Senado del riesgo que supondría retomar la normalidad de manera prematura.
Asimismo, McEnany defendió el trabajo de la administración a la hora de incrementar el número de pruebas diagnósticas para detectar la COVID-19, aunque rechazó que estas sean fundamentales a la hora de encarar la reactivación económica del país y recordó que el Gobierno aboga por un "testeo estratégico".
“Las pruebas no son preventivas. Lo que es preventivo es la mascarilla, lo que es preventivo es el distanciamiento social, lo que es preventivo es lavarse las manos; estas son las medidas que necesitamos tomar para reabrir de manera segura", observó.
La administración reportó el lunes que un 2,7% de la población estadounidense se ha realizado el test desde el comienzo de la pandemia.
Según datos de la universidad Johns Hopkins, hasta la fecha, se han confirmado 1.358.000 casos de la COVID-19 y se han registrado 81.650 muertes a causa de esta enfermedad en Estados Unidos.
Por último, McEnany anunció que el vicepresidente Mike Pence no tiene previsto reunirse con el presidente Donald Trump durante los próximos días puesto que ha decidido "mantener las distancias" después de que una asesora de su equipo diera positivo por la enferemdad.