El presidente Joe Biden se reúne este viernes con su homólogo surcoreano Moon Jae-in, quien se encuentra en Estados Unidos en una visita que podría ser la última de su presidencia.
Las discusiones entre los dos líderes tendrán lugar pocas semanas después de que la administración Biden finalizó su revisión de la política hacia Corea del Norte, que se aparta de la del gobierno anterior hacia un “acercamiento práctico y calibrado”, según dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
El cambio en la retórica, diferente de la “paciencia estratégica” del presidente Barack Obama mientras elude acuerdos llamativos, ha resultado en una “sensación de calma” mientras Moon y Biden se preparan para conversar, dijo Jean Lee, directora del programa de Corea del Wilson Center en Washington.
“Cuando uno usa esa retórica, esa intensidad y furia, le da a Corea del Norte justificación para hacer pruebas, y cuando lo hacen eso implica que su arsenal se ha fortalecido”, dijo Lee.
“La estabilidad ejercida consistentemente por la administración Biden fue concebida para evitar esa escalada de tensiones que vimos en los primeros tiempos de la presidencia de (Donald) Trump”, agregó.
Moon aprobó este enfoque abierto en un discurso televisado a toda la nación el 10 de mayo y emitió un llamado a restaurar el diálogo intercoreano en que prometió hacer todo de su parte para “reiniciar el reloj de la paz”.
“Consideraré el resto del año que falta de mi término como la última oportunidad para avanzar de una paz incompleta hacia otra que sea irreversible”, dijo Moon.
Se espera que Corea del Norte esté en el tope de la agenda en la reunión con Biden. Sin embargo, los expertos dicen que la política de espera de Biden hacia la desnuclearización total de la península de Corea pudiera frustrar la meta de Moon en el tiempo que le queda.
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