Las protestas en muchas de las principales ciudades de Estados Unidos tras la muerte del afroamericano George Floyd, mientras estaba en custodia policial, ha dejado imágenes para la historia. Las marchas pacíficas han sido empañadas por los fuertes disturbios, los vehículos policiales en llamas y los saqueos en tiendas.
Pero esos episodios de violencia contrastan con otros que también han conmocionado a la población: los de los policías uniéndose a las protestas y abrazando a otros manifestantes para mostrar su solidaridad en estos tiempos con un hecho que ha conmocionado al país.
Según reportó CNN, en Atlanta (Georgia), los oficiales formaron una línea con sus escudos durante una protesta en el emblemático parque Centennial Olympic y allí se arrodillaron frente a los miles de manifestantes que se habían concentrado.
En Houston, la ciudad donde creció Floyd y en la que la próxima semana se llevará a cabo su velorio y su entierro, también se vieron imágenes que quedarán para la posteridad. El jefe de policía Art Acevedo se unió a la marcha y caminó abrazado junto a una mujer afroamericana. Una escena parecida se vio en Denver, cuando el jefe del departamento caminó con sus brazos unidos a varias personas que participaban de una protesta.
En Nueva York, el clima de tensión ha crecido en los últimos días. El alcalde Bill de Blasio hizo un llamado a la calma para que la violencia no siguiera escalando y amplió el toque de queda hasta el domingo. En “la ciudad que nunca duerme” se registraron saqueos en algunas tiendas de la Quinta Avenida.
Pero a pesar de esta situación, también se han registrado muestras de afecto y solidaridad entre los agentes de policía y los manifestantes. En la quinta noche de protestas, un policía trataba de calmar los ánimos, ya caldeados después de varias horas marchando por la ciudad. En un momento dado, el agente se arrodilló ante ellos, lo que provocó una sonada ovación, aplausos y abrazos entre los presentes.
Las cámaras del servicio en español de la Voz de América captaron imágenes conmovedoras en la Gran Manzana, después de días de intensos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
En Miami también se registraron episodios violentos en el centro de la ciudad el fin de semana, con actos vandálicos, incendios de vehículos y saqueos en el popular centro comercial Bayside.
Renita Holmes, una activista de Florida, que durante muchos años ha luchado contra el racismo y la brutalidad policial, se presentó el domingo con su motocicleta a una de las marchas previstas en el sur de la Florida para intentar “llevar un mensaje de solidaridad” a los presentes. Pero no se dirigió a los manifestantes, sino que directamente se puso frente a los agentes de policía que estaban formando una línea de seguridad para evitar que pasara la marcha.
La mujer, residente en el barrio de Overtown -uno de los más vulnerables de la ciudad y con una fuerte presencia de afroamericanos-, se plantó delante de la línea y expresó: “Tienen mamás (…) agradezco su paciencia y su tolerancia”.
En ese momento, el capitán de la Patrulla de Carreteras de la Florida (FHP por sus siglas en inglés), Roger Reyes, rompió la línea para acercarse a la mujer y preguntarle si la podía abrazar.
“Tuvimos una maravillosa oportunidad de demostrar que el amor gana”, manifestó la mujer en declaraciones a varios medios de comunicación locales.
Es la otra cara de las marchas que muchos ya tildan de históricas por la gran movilización en toda la nación, incluso en el extranjero. Muchos de los presentes están convencidos que estas marchas marcarán un punto de inflexión en Washington y las políticas para condenar la brutalidad policial y las agresiones raciales. Pero también creen que estas protestas han sido un “magnífico pretexto” para manifestar gestos de amor y solidaridad con los otros sin importar las diferencias de raza, color o estatus social.
(Contribuyeron a este artículo los periodistas Laura Sepúlveda, Celia Mendoza y Ronen Suarc)