Un brote de sarampión iniciado en Disneyland ha llevado a un movimiento de padres para optar por no vacunar a sus hijos.
Por lo menos 70 personas en seis estados de Estados Unidos y en México se han enfermado desde mediados de diciembre, la mayoría en California. La vasta mayoría de esos casos han ocurrido en quienes han recibido la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola (MMR).
Aunque aún es un flagelo en muchas partes del mundo, el sarampión ha sido erradicado en Estados Unidos desde el año 2000 debido a la vacunación. Sin embargo, el virus ha regresado en años recientes, en parte debido a personas que obtienen exención personal, por creencias, a la regla de que los niños deben ser vacunados para ingresar a la escuela.
Otros padres han postergado la vacunación de sus hijos debido a que aún creen en una investigación, ahora desacreditada, de que la vacuna causa el autismo.
“Algunas personas son increíblemente egoístas al saltearse vacunas” dice el Dr. James Cherry, experto en enfermedades pediátricas en la Universidad de California, en Los Ángeles.
Como uno de los destinos turísticos más grandes del mundo Disneyland era un lugar perfecto para la diseminación del virus, con grandes números e bebés demasiado pequeños para ser vacunados y cantidad de visitantes de países que no requieren la vacuna del sarampión. Desde entonces la enfermedad se ha diseminado más allá de Disneyland.
Los infectados oscilan desde siete meses a 70 años, incluyendo cinco trabajadores de Disneyland.